Los fans de los Beatles siempre señalan a Yoko Ono con el dedo. La acusan de lavar el cerebro de John Lennon, de romper su grupo y de acabar con la leyenda. Hasta Def con Dos le dedicó una canción a la artista y pareja del músico que fue asesinado en 1980.
La relación fue incluso más turbulenta de lo que parece, e incluso ambos fueron detenidos por el secuestro de una niña de siete años en Mallorca en 1971. La historia, hasta ahora casi desconocida, es el centro del documental Kyoko, dirigido por Marcos Cabotá y Joan Bover, que es candidata al Goya al Mejor cortometraje documental.
Cabotá, nacido en Mallorca, y toda su vida se ha cruzado con gente que decía que en algún momento de su vida coincidió con John Lennon o conoció a alguien que le había visto en la isla. Lo que parecía una leyenda urbana divertida, se convirtió en una investigación periodística que volvía a sacar a la luz uno de los apartados más oscuros de la vida del artista.
Aquel 1971 Yoko y John llegaron a la isla. Decían que era para acudir a las charlas de un gurú indio al que seguían y que estaba esos días allí. No era cierto. Cuando aterrizaron quedaron con el periodista musical Miguel Soler, le pidieron un magnetofón y el número de un detective. Le pusieron en contacto con Francisco de Asís García, al que le preguntaron por un tal Tony Cox.
Poco después la pareja sería detenida por secuestrar a una niña de siete años llamada Kyoko de una guardería local. No era una niña cualquiera, sino que se trataba de la hija de Yoko Ono y Cox, productor de cine y expareja suya. Los jueces habían dado la custodia al padre, que había recogido las cosas de la niña y desaparecido con ella. Algunos hablaban de que incluso se había metido en una secta llamada The Walk. Ono y Lennon no podían soportarlo, así que se tomaron la justicia por su mano.
Lo que sucedió en Mallorca marcó la vida de ambos para siempre, y se pasaron el resto de su vida buscándola, pero no la encontraron. John nunca la volvió a ver
En el documental hablan los periodistas que siguieron el caso, la trabajadora del hotel que les vio llegar con la niña recién sustraída y que cuenta cómo no pararon de llevarla helado hasta que tuvo un empacho, e incluso consiguen el audio de la declaración de John Lennon en el juzgado de guardia en el que aseguraba que no era un secuestro: “No la podríamos esconder, somos demasiado famosos. Yoko siempre ha dicho que la niña debería tener a ambos padres”.
Finalmente Cox retiró la denuncia. Kyoko volvió con él y nunca se supo a qué acuerdo llegaron ambas partes o si hubo una indemnización. Aquella fue la última vez que Yoko vería a Kyoko hasta que ella cumplió los 26 años. Las pocas fotos del momento muestran a la artista destrozada, acompañada por John Lennon en un suceso que todos coinciden en que fue un punto de inflexión en sus vidas.
A pesar de lo rocambolesco de la historia, pocas personas sabían de su existencia, y el propio director del cortometraje reconoce que todo el mundo que lo ve le pregunta si es verdad o si es “un falso documental”. Junto a su amigo y codirector Joan se ponen a investigar durante meses y a buscar a personas que hubieran vivido aquello de primera mano, y todo llevaba al mismo sitio. Una de las últimas piezas del puzzle fue la recepcionista del hotel. Para encontrarla pusieron anuncios en la radio y en los medios: ‘se busca a una persona que trabajara en este hotel en 1971’. Al final recibieron la llamada.
“Para certificar que era cierto yo no le comentaba nada. Quedaba con ella y le decía: estoy escribiendo sobre cosas que pasaron en el hotel, ¿qué es lo más increíble que te ha pasado? Y ella me dijo que cuando vio a John Lennon entrando con una niña. Se me erizó la piel, porque la historia era verdad”, explica Cabotá a EL ESPAÑOL. Todos los testigos, desde el policía que detuvo al cantante, hasta el fotógrafo que tomó la foto de Kyoko saliendo del juzgado en un coche, contaban la misma versión sin conocerse entre ellos.
El responsable de Kyoko subraya que no quiere “criminalizar a John Lennon”, y se reconoce como fan del cantante. “Hay que entenderle, ver el documental y que cada uno saque sus conclusiones. La mía es que John se equivocó por amor, pero que eso no mancha la historia del artista, sino todo lo contrario, es el último giro de guion de su vida”, apunta sobre lo que califica como una “mancha muy dura para Yoko”. “Lo que sucedió en Mallorca marcó la vida de ambos para siempre, y se pasaron el resto de su vida buscándola, pero no la encontraron. John nunca la volvió a ver, y Yoko se reencontró con ella de adulta, pero no tienen una relación madre hija normal”, zanja.
Tampoco entiende todavía como aquel secuestro “quedó enterrado durante años”. “Hay un contexto político que es la dictadura, y puede que esas noticias no salieran en la prensa nacional, a lo mejor se preocupaban más de otras cosas… No lo sé. Me hace mucha gracia el fotógrafo que le dicen que han detenido a John Lennon y dice: habrá que ir. No les importaba mucho. Si eso ocurriera ahora sería muy bestia”, opina sobre un caso que puede recordar al de Juana Rivas, pero que en aquel 1971 lo protagonizó la mayor estrella musical del momento.