Antonio Banderas y Pedro Almódovar se conocen desde hace décadas. Han trabajado en innumerables ocasiones, han tenido sus roces, sus momentos pletóricos, películas mejores y peores, y ahora se han convertido en la misma persona. Lo ha conseguido Dolor y Gloria, el nuevo filme del director manchego en el que el actor interpreta a Salvador Mayo, un alter ego del realizador manchego a través del cual vemos una radiografía personal y como nunca antes de la vida de Almodóvar.
Para ello Banderas lleva la ropa del propio cineasta, su pelo, sus gafas, y hasta carga con sus traumas y dolores físicos, pero nunca desde la imitación, sino construyendo un personaje desde las entrañas. “Pedro me dijo que si quería usar algún manierismo suyo me sintiera libre. Yo dije que no. Él me dijo: el pelo lo quiero muy mío, me vistió con sus trajes reales, cuando estaba más delgado. Pero desde el principio yo le dije que no, porque me daba miedo acercarme al pastiche con ese tema de las imitaciones. Me dije, vamos a crear un personaje y a ir paso a paso, pero es que lo conozco hace 40 años ya, entonces hay muchas cosas, muchos detalles que se te van pegando y que van saliendo como con pildoritas. Era casi como coser los mantos de las vírgenes de Málaga, puntada a puntada, no veías el resultado, pero día a día se iba tejiendo algo que se parecía a él”, ha contado el actor en la presentación del filme.
La película, entre otras muchas cosas, habla del deseo, de ese primer deseo que llega casi como una fiebre. En esta ocasión es entre dos hombres, y aunque Almodóvar no tiene ningún remilgo con su cine, sus escenas están lejos de la provocación y el shock de sus primeras obras. “En términos de moralidad el cambio se produce en los 80. Era muy chocante hacer en el año 85 una película con la intensidad sexual de La Ley del Deseo”, ha comenzado a argumentar Antonio Banderas.
“Eso provocó una reflexión en el público y en nosotros sobre la moralidad de la época que se resumía en algo muy simple. Mi personaje mataba a Miki Molina y lo tiraba por un acantilado. Y a eso nadie le prestó ninguna atención. El crimen se ha aceptado con una naturalidad increíble, incluso en películas de niños, en el Zorro, por ejemplo. Pero dos personas del mismo sexo besándose en la pantalla o haciendo el amor eso era anatema. Eso se rompió en aquella época, en los ochenta, Pedro logró insertar la idea de que eso era una cosa natural, que dos personas del mismo sexo pueden amar, matar, tener problemas, como cualquier otro”, ha continuado explicando el actor.
Sin embargo, para él, lo que plantea esta película “es distinto” porque es “un dolor antiguo, de un niño de un pueblo de la Mancha en los sesenta y de la dureza que eso presentaba para él y para su familia, y la poca aceptación de parte de su familia que él reprocha a la madre”. “Él dice que esa conversación nunca la tuvo con la madre, y yo le creo, pero seguramente la hubiera querido tener. Ese tipo de cosas que pasan en la película son extrapolarse a mucha gente, porque no se trata solo de la homosexualidad, es de lo distinto, puede ser incluso algo de tipo político, que se está dando mucho en las familias españolas ahora mismo, que hay gente que está políticamente dividida. Es un grito de acéptame”, ha zanjado.
Dos personas del mismo sexo besándose en la pantalla o haciendo el amor eso era anatema. Eso se rompió en aquella época, en los ochenta, Pedro logró insertar la idea de que eso era una cosa natural
Su compañera de película, Penélope Cruz, con la que en esta ocasión no comparte ni un sólo plano, ha definido al cineasta como algo más que un director, como un “referente político”, y para Banderas eso viene dado porque “obviamente hay una relación, aunque no quieras, entre el arte y la política, porque se reclaman espacios de libertad”. Sin embargo el actor se encuentra desencantado con la política actual: “Yo he pasado de que estuviera entre mis cinco prioridades, a pasar a la ciento treinta y tantos. Es un envenenamiento y una intoxicación extraordinario. Yo voy a cumplir con mis deberes ciudadanos y votaré a mi opción, pero esa dependencia continua que están tratando de vendernos los políticos de que nuestra felicidad depende de ellos y olvidarse de que somos ciudadanos no, están buscando el voto. Para mí es mucho más importante leer un libro, ir al teatro, dar un paseo por la playa o estar con tus hijos que estar pendiente de esa pelea continua de niños de colegio”.
Su rapapolvo a los líderes políticos ha continuado. “Que no se crean tan importantes. Lo son, pero no tanto. Joder, es que ya está bien de ese martilleo continuo que nos enfrenta continuamente a todos los españoles. Eso me da mucho coraje. Ahora bien, la política está en nuestra vidas. El otro día se produjo un hecho incuestionablemente político y maravilloso que fue la salida de todas estas mujeres a la calle porque hay todavía mucha derechos sin cumplir, entre ellos dos, la equiparación de los salarios y el tema de la violencia, que es mucho más complicado porque no tiene un rendimiento político inmediato, eso está en la educación en los colegios, en el arte, en la cultura. ¿Tú has visto que en las campañas políticas ya no hablan de nosotros, de la Cultura? Por eso, yo cuando ahora monto un teatro en Málaga no quiero un duro público”.
¿Tú has visto que en las campañas políticas ya no hablan de nosotros, de la Cultura? Por eso, yo cuando ahora monto un teatro en Málaga no quiero un duro público
En un momento donde la extrema derecha coge cada vez más fuerza, Banderas cree que Dolor y Gloria llega en el momento idóneo, y es que para él, Almodóvar sabe “colocar cada obra en el momento oportuno, si volvemos atrás en el tiempo al 85 también pasaban muchas cosas y muy sorprendentes”. “Yo me acuerdo de un Madrid al que yo llegué, donde el 20 de noviembre no podías salir a la calle porque se montaban unos pollos impresionantes y estrenar una película como aquellas era jugártela. A lo mejor alguien te pegaba un martillazo por la calle, no sabías cómo iba a reaccionar la gente. Pero esto es una mirada tan personal, tan suya… Me parece una confesión muy hermosa, que puede tener elementos corrosivos que puedan remover alguna conciencia, ojalá. Eso significa que a pesar de la edad seguimos siendo jóvenes”.
Mucho se ha murmurado sobre la relación de Almodóvar con los actores, también con el propio Banderas, algo que el actor ha zanjado cogiendo el toro por los cuernos: “Yo he visto a Pedro ser duro con actores y actrices, pero si no entiendes lo que está pasando, te vas a bloquear y te va a dañar. Pedro no quiere a actores que vengan con la mochila cargada de tics de otros trabajos. Lo que él quiere eres tú, puro, y te va a quitar todas las corazas y si es a puñetazos, es a puñetazos. Y si te resistes, estás en un problema psicológico potente, pero si tratas de entenderlo, entonces te vas a encontrar con que te vas a redescubrir a ti mismo”.