El estreno del viernes: ‘Sombra’, la nueva virguería visual de Zhang Yimou
El director de 'Héroe' o 'La casa de las dagas voladoras' regresa a uno de los géneros que mejor domina en un filme visualmente arrollador.
17 mayo, 2019 02:12Noticias relacionadas
Ahora que todo el mundo habla de Juego de Tronos no está de mal recordar que muchas de sus tramas no son más que actualizaciones de las tragedias griegas, o de los dramas shakespearianos que llevan triunfando en los teatros desde hace siglos. Todo pasado por el filtro de la fantasía medieval, con sus dragones, profecías, sacerdotisas rojas y mucha épica espectacular que ofrece un presupuesto millonario de una plataforma de televisión.
Ojalá muchos de los millones de espectadores de la serie se interesen por otras narrativas, o incluso por otros realizadores como Zhang Yimou, que dividen sus obras entre los dramas íntimos sobre la historia de China y sus filmes épicos que también recurren a historias de las dinastías pasadas para contar sus traiciones, dramas y escarceos. Todo dentro del wuxia, el género propio que pusieron de moda Ang Lee con Tigre y Dragón y él mismo con Héroe y La casa de las dagas voladoras.
Con ellas forma casi una trilogía su nuevo filme, Sombra, que supone una reimaginación de la epopeya Los tres reinos, y que cuenta una historia del siglo XIV que tiene entre sus mimbres a un rey loco, un consejero que tiene un doble con el que quiere asaltar el poder, y una misión para conquistar un terreno rebelde que no dobla la rodilla ante el poder. Aquí no hay dragones, pero no hace falta, porque ha cambio una verá las escenas de pelea más divertidas y hermosas que recuerda en años.
Yimou dirige los set pieces de acción y lucha como nadie, y es capaz de sacar poesía de un combate cuerpo a cuerpo en el que uno se defiende con un paraguas. Los combates masivos también son originales y vistosos, y la poca entidad de la historia se compensa con creces con la espectacularidad de su puesta en escena. Todo es de lujo y está potenciado con una cámara elegante que sigue las peleas sin que nos perdamos detalle, alejado de la moda moderna de montaje frenético y movimientos espasmódicos que producen epilepsia.
Una virguería visual que basa su estilo visual “en las técnicas con pincel de tinta de la pintura china”. “Siempre he querido experimentar con este estilo único de tinta y efecto de lavado; me parece muy “chino”. Las escenas con lluvia, en particular, tienen una textura muy fluida que crea un ambiente único”, explica en el dossier de prensa de Sombra, con la que Yimou regresa a su mejor cine mientras escapa de la censura de su país, ya que su nueva obra no ha podido estar presente en el pasado festival de Berlín ni en el actual de Cannes por su contenido crítico con el gobierno chino.
Con todas ellas habla de la historia de China, porque “es un país con un largo pasado histórico, y muchas de sus películas y series de televisión están inspiradas en verdaderos eventos históricos o versiones ficticias de la historia. Sin embargo, todos estamos supeditados por las “leyes de la historia”, aunque sean invisibles, mandamientos que nunca ignoraría. No crearía historias sin fundamento histórico real. En última instancia, esta película trata sobre la lucha, la supervivencia, los terribles problemas y la ambición salvaje: cómo un hombre común puede arreglárselas no solo para sobrevivir en medio de los juegos de poder de los reyes y la aristocracia, sino también para convertir la derrota en una victoria”, dice de su filme.
Sombra es cine disfrutón, para ver en pantalla grande y para dejarse llevar por la belleza de sus imágenes y sus coreografías. Yimou ha vuelto a uno de los géneros que más domina, y el resultado, aunque no iguale el de sus otras maravillas, no defrauda.