La guerra entre las salas de cine y Netflix tiene el mismo perdedor de siempre: el espectador. La pelea entre la plataforma y los exhibidores por las semanas de exclusividad de sus películas ha llegado a un punto de inflexión debido al último filme de Martin Scorsese, El irlandés. Su nuevo título, que ha costado más de 200 millones de dólares, dura más de tres horas y ha reunido a Martin Scorsese, Al Pacino y Joe Pesci, parecía el perfecto para que enterraran el hacha de guerra, pero ha provocado lo contrario.
La compañía ofreció cuatro semanas de estreno en exclusiva en salas de la película, pero las salas se negaron. No comparten la visión de negocio de Netflix y se oponen a exhibir un filme que pasará después a estar disponible para todos sus usuarios -el 27 de noviembre estará en su plataforma-. Esto ha hecho que muy pocas salas en todo el mundo vayan a proyectarla, en Nueva York y Los Ángeles, centros neurálgicos del cine, sólo está en un puñado de salas desde su estreno esta semana. Todas ellas presentaban lleno total desde hace varios días gracias a la preventa online, y en una de ellas se ha vivido un fenómeno desconocido hasta ahora: la reventa de entradas de cine.
Los usuarios que compraron sus tickets en el teatro Belasco, en Nueva York, están vendiendo a través de la web StubHub sus asientos a un precio que ya asciende a casi los 100 dólares. Nadie quiere perderse el filme, y este interés demuestra que había hueco para El irlandés en salas antes de que llegara a Netflix. Una de las empresas de exhibición que acepta el pacto con Netfflix es AMC. La Asociación Nacional de dueños de Salas de Cine, que incluye a esta cadena, ha declarado al New York Times que esta situación es frustrante: "Es una gran decepción que Netflix y los principales propietarios de salas no puedan encontrar una manera de llegar a un acuerdo para exhibir una película tan importante como la de Martin Scorsese en muchas pantallas".
"Es un director importante, un cinéfilo que ha hecho todo tipo de películas importantes para nuestra industria, y El irlandés se proyectará en una décima parte de las pantallas en las que debería haber estado si Netflix hubiera estado dispuesto a llegar a un acuerdo con nuestros miembros", añadió al medio poniendo la pelota en el tejado de la empresa, a la que acusan de no haber cedido en la negociación dando más semanas de exclusividad a los cines tradicionales.
Muchos creen que este evento será el que rompa la baraja y haga que por fin se sienten en una mesa a negociar de cara a los próximos filmes, pero de momento el gran estreno del año, la epopeya sobre la mafia de Scorsese, quedará relegada a unos pocos cines y será objeto de la especulación y la reventa. En España su estreno está previsto para el 15 de noviembre, pero también en pocas salas, se estima que unas 30 gracias a la distribución de TriPictures, que ha aumentado las cinco en la que se exhibió Roma.
El próximo combate se verá en las nominaciones a los Oscar y en la temporada de premios, donde Netflix querrá la revancha tras la derrota del filme de Alfonso Cuarón el año pasado. De momento El irlandés es el filme con mejores críticas del año, pero ¿se atreverán a dar un premio de la Academia a un filme que ha pasado por tan pocas salas y que casi todo el mundo habrá visto en el sofá de su casa?