Al menos medio centenar de activistas feministas han bloqueado la entrada al estreno francés de J'accuse (Un oficial y un espía), la última película de Polanski, tras haber sido acusado el cineasta esta misma semana por otra mujer de haberla violado en 1975 "con violencia extrema". Ha ocurrido en un cine de la Rue Campollion, pero el filme logró proyectarse con éxito en otras partes de París. "Cancelar este estreno no es una victoria. El verdadero triunfo llegará cuando terminemos con la impunidad de los violadores", ha expresado Chloe Madesta, una de las manifestantes, a France Info Radio.
También Polanski ha puesto el dedo en la llaga con el mensaje de su último trabajo. Tanto es así que su última acusadora, la actriz y fotógrafa Valentine Monnier, ha explicado que ha decidido romper su silencio tras tanto tiempo para responder a su nuevo filme, basado en el famoso alegato de Zola en favor del capitán Richard Dreyfus: Monnier cree que el director trata de limpiar su imagen presentando a la víctima de un error judicial.
Polanski sigue siendo un fugado de la justicia estadounidense: huyó de América en 1978 después de declararse culpable de haber tenido relaciones sexuales ilegales con una niña de 13 años en Los Ángeles. El año pasado, fue expulsado de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. "Es absolutamente indecente que Polanski haga un paralelismo en su nueva película entre Dreyfus y él mismo: ¡si él ha pasado toda su vida huyendo de la justicia!", ha arremetido la activista líder. "Hacemos un llamamiento a todos los cines para que no proyecten esta película. Y a todos los amantes del cine, para que no la vean".