El cine de animación español se ha quedado a un paso de la historia. La película española Klaus, dirigida por Sergio Pablos y creada en su totalidad en el estudio creado por él en nuestro país, no ha podido llevarse el Oscar a la Mejor película de animación por encima de la todopoderosa Pixar, y la Academia ha preferido apostar por viejos conocidos, los protagonistas de Toy Story 4.
Pese a ello, Klaus es un paso enorme para la animación española. El film, que cuesta una quinta parte que la superproducción de Pixar, se ha levantado gracias a Netflix y Atresmedia, es una historia sobre los orígenes de Santa Claus. Una película que apuesta por la animación hecha a mano, algo que ha conmovido a millones de usuarios en todo el mundo.
Pablos no es un novato en la animación, y de hecho él fue el creador de Gru, mi villamo favorito, una película que tuvo que vender a Universal para que se realizara ya que nadie quería realizarla en un estudio español por las malas condiciones y las pocas facilidades estatales que se ofrecen a la industria animada.
Un paso de gigante para la animación española, que este año ha vivido su momento de gloria con la llegada de Klaus y la de Buñuel en el laberinto de las tortugas, película ante la cual perdió el Goya el filme de Sergio Pablos.