La temporada de premios ha acabado, ahora sí, porque han tenido lugar los premios que se dedican a compensar las injusticias cometidas estos meses y restablecer un poco el sentido común en toda la locura de unos meses en los que no paran de entregarse galardones. Se trata de los Premios Yago, y después de ceremonias más encorsetadas son recibidos como un trago de aire fresco por todo el mundo. Los creó ya hace seis años Santiago Alverú -actor de la película Selfie- y desde entonces se han convertido en los galardones canallas con los que ajustar cuentas.
Se trata de premiar a aquellos que los Goya han olvidado. Un grupo de periodistas decide cuáles han sido los ignorados más sangrantes y les recompensan en una gala desenfadada en la que se ríen de todos y se riega con gin tonic. Una buena forma de cerrar otro año cinéfilo, con diversión y rescatando actrices y películas que merecían más. Hasta a José Luis Garci -cuya ausencia en los premios provocó la ira de sus seguidores- se le premió por su filme El crack cero, precuela de sus anteriores obras y reconocida como Éxito menos comercial a aquel título que merecía más suerte.
En esa apuesta por la irreverencia el premio lo entrega un representante del filme más taquillero del año. En esta ocasión fue Leo Harlem y un audio de Santiago Segura quienes se lo dieron al filme. Garci no acudió, pero sí fue el reparto del filme, entre ellos Carlos Santos y Andoni Ferreño. El equipo dedicó el premio al propio Garci, y también tuvo un recuerdo para el periodista recientemente fallecido David Gistau.
Las categorías de los Yago no siguen ninguna lógica convencional, y aquí se premia al ‘no nominado’ a los Goya que hubiera merecido serlo. No podía ser otra que María Rodríguez Soto, protagonista de Los días que vendrán, que a pesar de ser la favorita -incluso para la victoria- desde que la película se proyectara en el Festival de Málaga fue finalmente olvidada por la Academia de Cine. La actriz recogió el premio de la mano de la productora María Zamora, y agradeció el premio asegurando que sabía “que había sido decidido entre gin tonics, y eso me representa".
También fue premiada Marta Nieto, en su caso como ‘nominada no ganadora’ al Goya. Nieto no puedo acudir a recogerlo y en su lugar acudió la guionista de Madre, Isabel Peña. Los Yago aprovecharon su ausencia para lanzar uno de los gags más brillantes del acto que presentó Luis Fabra, un ‘in memoriam’ en el que se encontraban aquellos que no habían ido a recoger el galardón y que “están muertos para nosotros”.
Quien sí estuvo fue el equipo de Ventajas de viajar en tren. Pilar Castro, Javier Botet, Javier Godino, Stéphanie Magnin y el director Aritz Moreno, mejor reparto; o Nieves Peñuelas y Elena Vázquez, jefas de prensa de la distribuidora Fox, que han recibido un reconocimiento por parte de la prensa por todos los años de trabajo realizado hasta que ha sido comprada por la todopoderosa Disney.
El momentazo de los Yago vino de la mano de los Hombres G, premio honorífico de este año. Sus miembros subieron encantados, y su líder, David Summers, vocalista del grupo, recordó que sus películas 'Sufre mamón' (1987) y Suéltate el pelo (1988) fueron "un taquillazo enorme" y que "la gente acudía al cine en masa". De hecho, 'Sufre mamón' fue la película española más taquillera de su año. "Todavía siguen poniéndolas en televisión y siguen teniendo audiencia, lo que significa que su mensaje sigue intacto", proclamó el vocalista de Hombres G que estuvo acompañado por otros dos miembros del grupo, Javier Molina y Rafael Gutiérrez, y que aseguró "el buen rollo, la amistad, el amor y la música es una mezcla que siempre funciona y que siempre seguirá funcionando".
Una gala corta, irreverente, desprejuiciada y en un ambiente relajado y de fiesta, todo lo contrario a lo que suelen ser las ceremonias de premios y que han colocado a los Yago como la cita canalla que cierra la temporada de premios.