Hace cinco años no triunfar en taquilla era un drama. Las películas perdían su principal ventana de exhibición, y si no funcionaban en las salas era muy difícil que tuvieran una segunda vida en los videoclubes o en pases en televisiones. Pero las cosas han cambiado, y mucho. La llegada de las plataformas ha sido una revolución. No sólo por su entrada en la producción de películas y su guerra por dónde estrenarlas, sin porque para engrosar su catálogo también tienen que comprar nuevas películas y series.
Antes, para que una película española se viera en todo el mundo había que llamar puerta por puerta a exhibidores internacionales y que compraran cada título. Ahora, Netflix se ha convertido en un gigante que se puede permitir entrar desde el principio en películas, dejar que estrenen en salas españolas y asegurarse su estreno posterior en su plataforma. Es verdad que al sacrificar la venta país a país se puede perder ingresos económicos, pero a cambio te aseguras una visibilidad que de otra forma sería muy difícil tener.
Esto ha provocado que películas que pasaron completamente desapercibidas en salas se conviertan en éxitos sorpresa en Netflix. El último caso es el de la comedia española Te quiero, imbécil, que desde su estreno se ha colocado en el ránking que la empresa ofrece en su aplicación con los productos más consumidos ese día. La opacidad con los datos hace que haya que fiarse de ese top ten, que perfectamente podría ser creado por ellos como forma de destacar ciertos productos de su ingente catálogo. Pero es curioso que esta película, pequeña y que fue ignorada en taquilla se cuele en esa clasificación y que se esté hablando de ella más que nunca.
Lo que sí se puede comprobar es que la repercusión mediática de esta comedia dirigida por Laura Mañá ha crecido desde su llegada a la plataforma, y que muchos medios de América Latina se han fijado en ella y la han recomendado, haciendo que se vea por muchísimas personas en países donde ni la conocían y probablemente nunca se hubiera estrenado. En cines, Te quiero, imbécil sumó 395.874 euros y sólo 66.376 espectadores, cifra que con esta ventana internacional habrá dejado atrás hace mucho.
El filme no inventa la pólvora y tampoco lo intenta, ya que es la típica comedia romántica ligera y fresca sobre un chico al que deja su novia y le echan del trabajo que tiene que reconfigurar su vida. Empieza a seguir a un ‘’youtuber’ para convertirle en un triunfador, pero quien cambiará su vida será una antigua compañera del colegio con la que se reencuentra por azar. Nada nuevo en el ambiente, pero la fórmula perfecta para que se acerque a ella todo tipo de público a golpe de un clic y con la posibilidad de quitarla si no les gusta y buscar otra recomendación. Además cuenta con el carisma de Quim Gutiérrez y la vis cómica de Ernesto Alterio como armas infalibles.
No es la primera vez que este confinamiento nos ha regalado una segunda vida de películas españolas. La trinchera infinita llegó a Netflix poco antes del estado de alarma, el 28 de febrero, y desde entonces fue una de las más vistas todos los días. Excelentes noticias para uno de los mejores filmes españoles del año pasado y que pese a sus 15 nominaciones a los Goya (y el premio para Belén Cuesta como mejor actriz) sólo logró 223.258 espectadores, cuando debería haber sido uno de los éxitos del año. Gracias a las plataformas de contenido muchos descubrieron la calidad del trío de directores vascos, Jon Garaño, Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga, y esto puede que se revierta en mayor atención del público para su próximo filme.
Pero si hablamos de fenómenos, el que se ha llevado la palma es El hoyo. En este caso Netflix lo tuvo claro, y desde que la vieron en e Festival de Toronto la quisieron. La compraron allí y no se equivocaron. Una distopía de ciencia ficción con la lucha de clases como telón de fondo que se ha convertido en un éxito mundial gracias a esta ventana de distribución global. Número uno en muchos países y estrellas como Natalie Dormer recomendándola en entrevistas. Por si fuera poco, en Corea del Sur se ha estrenado en cines y fue número uno el día de su estreno. En España no llegó a las 40.000 entradas vendidas. La crisis del coronavirus ha dado a conocer cine español a muchos usuarios.