Los títulos de las películas de James Bond siempre hacían referencia a la vida y la muerte. Sólo se vive dos veces, Vive y deja morir, Licencia para morir… Ahora esos títulos parece que hablan del luto en el que el cine ha quedado tras el fallecimiento de Sean Connery a los 90 años el pasado sábado. El espía más famoso, seductor y carismático de la historia del cine perdía a su mejor exponente, y lo hacía a una edad que parece maldita para la franquicia.
90 años. Una cifra que parece marcada en alguna leyenda urbana para aquellos actores que han dado vida a 007. La licencia para vivir de ellos termina a los 90 años. El último en añadir argumentos a esta teoría que abrazan los amantes de los datos y las curiosidades ha sido el propio Connery. Ninguno de los actores que han interpretado al mítico personaje y que ya han fallecido, han superado esa edad.
Roger Moore, otro de los James Bond más queridos por el público y el que más veces le interpretó -siete, una más que Connery-, falleció en mayo de 2017, pocos meses antes de cumplir los 90. Él fue, precisamente, quien sucedió a Sean Connery, tras el regreso momentáneo del actor a la saga después de prometer que nunca regresaría (un buen cheque tuvo la culpa). Moore cogió el testigo, y aunque también sintió la losa del papel, y el encasillamiento en un personaje tan potente, estuvo vinculado a la franquicia muchos años. Su primer Bond fue Vive y deja morir, en 1973, y el último Panorama para matar, en 1985.
El tercero en discordia para la teoría de los 90 años es Robert Haakon Nielsen, aunque todos le conocerán como Barry Nelson. Cuando a la gente se le pregunta quién fue el primer James Bond siempre dicen que Sean Connery, pero la realidad es que fue Nelson, que interpretó al espía británico en una película de televisión realizada en 1954 y llamada Casino Royale. Nelson, que no nació en Reino Unido sino en San Francisco, es el 007 que menos éxito ha tenido en su carrera posterior, aunque en esta ocasión también fue por cuenta propia, ya que interrumpió su carrera para combatir en la Segunda Guerra Mundial y cuando volvió a Hollywood solo le dieron papeles pequeños y sin importancia.
Aunque su carrera cinematográfica no fue especialmente longeva, todo el mundo se acordó de él en 2007, cuando un 7 de abril fallecía y todos volvieron a escribir del primer James Bond. Nelson tenía 89 años, y cumplía los 90 sólo nueve días después. Demostrando que la frontera para los agentes secretos la marca una cifra.