Pedro Almodóvar ha hecho historia para el cine español, y ya van unas cuantas veces. El director se ha convertido en el primero de nuestros cineastas elegido para inaugurar el Festival de Cine de Venecia. Ya lo hizo con Cannes, y ahora le ha tocado el turno a una Biennale que abre su competición por el León de Oro con Madres Paralelas, la nueva obra del manchego en la que ofrece una mirada actualizada a uno de sus temas preferidas, la maternidad, y en la que por primera vez se mete explícitamente en lo político con un tema tan de actualidad como la Memoria Histórica. Dos líneas narrativas que confluyen en el personaje de Penélope Cruz, Janis, una madre con el deseo de desenterrar a su bisabuelo de una fosa común en su pueblo.
También es histórico que en la rueda de prensa de un festival de cine internacional se hable de víctimas del franquismo, de los eternos olvidados de un país que prefirió olvidarles. Almodóvar ha explicado al resto del mundo lo que ocurre en un país que es, el segundo del mundo detrás de Camboya, con más muertos en cunetas. “La memoria histórica es un tema pendiente en la sociedad española. Tenemos una deuda moral enorme con las familias de los desaparecidos, con las familias de las personas enterradas en fosas, en cunetas, en lugares indignos”, ha dicho en una rueda de prensa que le ha recibido con aplausos.
Un asunto, la memoria histórica, que siempre le ha conmovido e interesado, pero para el que ha tenido que llegar su madurez artística para afrontar en forma de ficción: “Yo siempre he sido muy sensible a este tema, y justamente en el momento en el que empezamos a hacer la película el tema no estaba en la prensa. Hubo una Ley de Memoria Histórica en 2007, pero era muy incompleta, sin dotación económica, y las pocas exhumaciones eran siempre por iniciativas privadas. Creo que en España, después de 85 años, hasta que no se pague esa deuda con los desaparecidos no podremos cerrar nuestra historia reciente, no podremos cerrar todo lo ocurrido en la guerra”.
De hecho, en la película se menciona explícitamente una declaración del expresidente Mariano Rajoy, “en la que se jactaba, cuando hablaba de los presupuestos, de que había dedicado 0 euros a la Memoria Histórica”. “Me parece el colmo de la torpeza viniendo de un presidente y un insulto superlativo. Una de las ventajas del cine es que nos sobrevive a los que lo hacemos y a los que nos ven, y en esta película él va a estar eternamente vinculado a esa frase de tan mal gusto y tan dañina”.
Almodóvar subrayó que ya “son las generaciones de los bisnietos los que reclaman, y esto sorprendió mucho a los relatores de la ONU que vinieron a España en 2014. No entendían cómo había sido necesario que una generación ya nacida en democracia fuera la que preguntara por sus ancestros. Creo que la explicación es sencilla, y es que durante la dictadura, las personas que padecieron estas pérdidas tenían un miedo que se convirtió en patológico y que les impedía hablar. En las casas españolas nunca se habló de la guerra, tenía traumatizada a nuestra sociedad. Lo deseable era que cuando llegó la democracia en el 78, se hubiera planteado el problema, pero no fue así. Esto hace un poco más imperfecta aquella ley de amnistía que, aunque nos llevó a dar nuestros primeros pasos en democracia, ninguneó a los desaparecidos, les condenó de nuevo a la no existencia”, zanjó.
Lo deseable era que cuando llegó la democracia en el 78, se hubiera planteado el problema, pero no fue así. Aquella ley de amnistía ninguneó a los desaparecidos
También opinó sobre este tema Aitana Sánchez-Gijón, hija de exiliados durante la güera y que destacó la importancia de que esta película y este tema se vayan a oír en todo el mundo. “Los que vamos al psicólogo y sabemos qué es la terapia, sabemos que si no cierras, si no ahondas en las heridas, no puedes seguir. Si no las sacas a la luz no puedes salir adelante, y como sociedad lo tenemos pendiente. Con esta película es importante que este tema se vaya a contar fuera, porque cuando se cuenta fuera la gente se sorprende, es inconcebible que en un país con una democracia de tantos años este tema no se haya solventado. Hemos tenido que esperar y ahora parece que sí, que podremos andar ese camino y cerrar estas heridas, pero han muerto casi todos los hijos de los que están en las cunetas, se han muerto sin poder honrar a sus padres y a sus madres”.
Su personaje, una madre imperfecta que antepone su vocación como actriz, recita en un momento dado un fragmento de Doña Rosita la soltera, y es que Almodóvar tenía claro que Lorca tenía que estar. “Es nuestro desaparecido más ilustre fuera de España y esa es una de las razones por las que aparece esta escena. Para mí, Lorca siempre ha sido una inspiración.”, ha explicado y ha ahondado en lo que él considera “una mala relación de los españoles con la España reciente”.
“Lo dijeron los relatores de la ONU y lo dijo Leonard Cohen, que además de poner Lorca a su hija, no entendía cómo podía ser que el gran poeta español por excelencia estuviera desaparecido y que la sociedad no se preocupara por buscarlo. Y el cine tampoco lo ha hecho. Si miramos a nuestro cine de los últimos años ha costado hacer películas sobre ETA o sobre temas que han afectado a nuestra sociedad”, ha dicho con autocrítica.
De momento no le preocupa la reacción que pueda tener la ultraderecha a su película, una “ultraderecha que reacciona a todo, a cosas a las que nunca se había reaccionado, pero prefiero no pensar en ello y no anticiparme”. “Alguna reacción habrá, pero he decidido no darme por aludido, no voy a entrar en esa pugna. Ya veremos”, dijo el director que confiesa que ve a “España muy crispada, con una clase política más crispada que nunca, y eso creo que es el reflejo de que hay un partido que dice en el congreso cosas que nunca se habían dicho y que rozan lo inconstitucional, han convertido el congreso en un sitio donde nunca habíamos visto a los profesionales de la política comportarse de un modo tan bajo”.
Madres Paralelas comienza aquí su carrera internacional. De momento habrá que ver si caza premio en Venecia, pero pase lo que pase, Almodóvar ya ha conseguido que se hable de memoria histórica y de víctimas del franquismo en todo el mundo. Sólo él podía conseguir que una película hiciera plantearse a todos cómo es posible que nuestras cunetas siguen sin abrirse.