Alec Baldwin está "desvatado" tras el trágico accidente ocurrido el pasado jueves durante el rodaje de la película Rust, en el que falleció la directora de fotografía Halyna Hutchins de un disparo en el pecho con una supuesta pistola de fogueo que estaba cargada con balas de verdad. El actor y productor, que reaccionó pocas horas después en su cuenta de Twitter para asegurar que su corazón estaba "roto" y que estaba colaborando con las autoridades para dilucidar las causas del suceso, ha decidido cancelar el resto de proyectos que tenía en su agenda.
Así lo asegura la revista People citando a una fuente muy cercana del intérprete, de 63 años, que necesita "tomarse un tiempo para sí mismo y volver a centrarse". En los últimos años, Baldwin ya había protagonizado otros incidentes como una pelea por una plaza de aparcamiento o una denuncia de acoso. La desgracia del rodaje de la que debía ser su nueva película, en la que también resultó herido en el hombro el director Joel Souza, ha terminado de derrumbar al actor y productor.
"Estuvo histérico y absolutamente inconsolable durante horas. Todo el mundo sabe que esto fue un accidente, pero está totalmente devastado", ha apuntado esta fuente. "Así es como él [en referencia a Baldwin] maneja las situaciones difíciles. Cuando algo malo ocurre, a corto plazo, se retira del ojo público", ha añadido. También ha trascendido que el actor tuvo que recibir atención psicológica al confirmarse la muerte accidental de Hutchins.
Mientras tanto, la investigación para descubrir por qué la pistola estaba cargada sigue su curso. Según el primer relato oficial del acontecimiento, la declaración jurada que se encuentra en poder del tribunal del condado de Santa Fe, en el estado de Nuevo México, Baldwin fue avisado de que la pistola de utilería que utilizó no tenía balas. "Arma fría", aseguró el director asistente de la producción, Dave Halls, cuando se la entregó a la estrella del western. Así es como se indica en la jerga cinematográfica que las pistolas no cuentan con munición real.
El incidente ocurrió el pasado jueves en el Rancho de Bonanza Creek, un escenario al que suelen desplazarse numerosas producciones de Hollywood. Por el momento, las autoridades descartan presentar cargos criminales y están entrevistando al equipo del filme con el fin de esclarecer los hechos.
Aunque la compañía encargada del rodaje emitió un escrito que decía que el equipo completo se encuentra "devastado" por lo sucedido, en los últimos días ha trascendido que varios empleados del rodaje protestaron por supuestas malas condiciones laborales y falta de seguridad.
Según fuentes citadas por el diario Los Ángeles Times, media docena de asistentes y operadores de cámara dimitieron en bloque el día del fatal accidente, ya que en las jornadas previas hubo problemas con ese mismo arma, que en su opinión no estaba correctamente supervisada.