Entre todos los estrenos que llegan a las salas de cine el 9 de septiembre, una de las películas destacadas es Dúo, el nuevo largometraje de Meritxell Colell que continúa en el mismo lugar donde concluyó la historia de Con el viento, su primera película.

Volvemos a ver a Mónica (Mónica García), una bailarina que trabaja en Buenos Aires y que emprende ahora un viaje por la cordillera de los Andes junto a su pareja (Gonzalo Cunill), representando en los pueblos de la zona una obra de danza que, en definitiva, también es una catarsis y una última oportunidad para recuperar la relación que comparten.

Con motivo del estreno, SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL habló con la directora de la película sobre los retos del rodaje, el cine como artesanía y la importancia de que las mujeres tengan su reconocimiento en el mundo del cine, entre otras cosas.

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De la idea sobre el papel a la gran pantalla

A la hora de hablar sobre el momento en el que surge la inspiración para plasmar una idea en una película, Meritxell Colell contó que llevar un cuaderno siempre encima es una buena idea. "Uno puede anotar todo lo que observa, escucha, lo que le llama la atención", explica, "porque una dramaturgia está compuesta por materiales muy diversos y heterogéneos".

La directora fue incluso más concreta, expresando que "lo que le hace decidir si hacer una película o no son las personas y los espacios" y que "desde el vínculo de amor profundo o la fascinación se puede construir una película". Confesó que "los actores son lo primero que necesita conocer para desear hacer una película" y que "lo mismo ocurre con los espacios y territorios a retratar".

"A partir de ahí, el deseo y el vínculo que se crean son tan fuertes que no se pueden parar. Y surge un compromiso y una responsabilidad sobre algo que ya no está sobre el papel, sino que existe y sientes el deseo fortísimo de retratarlo".

Argentina y los Andes como telón de fondo

En el caso de Dúo, el territorio que aparece como telón de fondo es esencial para contar la historia. La cineasta cuenta que "los protagonistas hacen un viaje interior justamente porque están haciendo un viaje exterior", que "todo viaje supone un desplazamiento, colocarte de una forma distinta en el mundo", y que "esa posicióne te permite también cuestionarte desde otro lado".

Colell también argumentó que "el territorio marca lo que sucede con los personajes", recordando cómo "la inmensidad del altiplano de los Andes es algo que te convoca y te interpela de una forma muy fuerte" y que "atravesar el silencio significa atravesar una  vastedad, también desde el interior de uno mismo".

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La importancia de dejar ir como un gesto de amor

Uno de los temas que se abordan en Dúo es lo esencial que resulta aprender a dejar ir a las personas y cómo esto puede ser el mayor gesto de amor que existe. "Aunque se hablen de muchas cosas y haya muchas tramas o muchas capas, en el centro de la película está la idea de que amar significa dejar ir. Es muy difícil decir adiós cuando tienes un vínculo muy fuerte", identificó Meritxell Colell.

"En el cine que se trabajan mucho las crisis de pareja y su posible separación desde casi la perspectiva de la violencia, desde algo muy histriónico y agresivo, y creí que era muy importante que siempre estuviera en el centro la idea de lograr dejar ir pensando en el otro".

A medio camino entre el género documental y la ficción

"Creo que no distingo entre el documental y la ficción. Para mí son películas de ficción desde el momento en el que las personas retratadas están escenificando una historia que no es la suya, aunque puedan conectar con ella", aseguró la cineasta catalana, que aseguró que, para ella, "el cine es el arte de lo real, el arte de los cuerpos".

"Por eso lo documental tiene un lugar tan grande en la película, porque planteamos ficciones que lo que buscan es retratar la realidad donde tienen lugar. Ahí se dibuja el arco emocional de unos personajes, pero en un territorio, en un momento, en un contexto espacio-temporal determinado. Y ahí vemos cómo esto transforma a los personajes", añadió.

En realidad, Dúo "dibuja una crisis de pareja, pero da lugar a que la realidad invada a los personajes e invada a la película, porque la cámara reacciona a lo que sucede y no al revés". 

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Un rodaje en medio del ámbito familiar

Aunque la película esté protagonizada por Mónica García y Gonzalo Cunill, hay otros personajes en ella, actores anónimos que ayudan a que surja un ambiente familiar y muy realista en el que los protagonistas puedan desenvolverse con facilidad.

Esto supone una dificultad extra, y por ello, el equipo técnico trató de encontrar la mejor forma de hacerlo, para o invadir a las comunidades de personas que viven en la zona donde se rodó Dúo. Colell reconoció lo especial que puede llegar a ser trabajar con actores que no son profesionales, que "es como buscar ese destello que surge una vez, como cazar estrellas fugaces".

De esta manera, se lleva a cabo un cine muy artesanal y familiar, en el que el equipo de personas trabajan "como un lutier, desde la pasión, la delicadeza y el talento".

La historia del cine cada vez reconoce a más mujeres

"Me parece muy importante que el cine se convierta cada vez en algo más plural. Venimos de una hegemonía, sobre todo en lo que corresponde a la visibilidad y aunque existían cines muy diversos y mujeres cineastas desde el principio de los tiempos, tenían otra visibilidad, es muy difícil encontrarlas y hay muchas de ellas a las que estamos descubriendo ahora", señaló Meritxell Colell.

"Para nosotras no hubo referentes y de repente las mujeres empiezan a tener un lugar en la historia del cine, y me parece fundamental lograr esa visibilidad para que un cine de mucha calidad y con miradas singulares tenga un lugar central en la industria", continuó.

"No se puede entender la existencia, la vida sin el arte, porque el arte es lo que hace que el mundo sea más habitable, más abierto. El arte nos abre ventanas en todos los sentidos y nos conmueve".