Con amor, Víctor se ha hecho mayor. Hulu (en Estados Unidos) y Star (en la mayoría de mercados internacionales) han aprovechado la celebración del mes del orgullo LGTB+ para estrenar la segunda temporada del spin-off televisivo de una historia, Con amor, Simon, que en 2018 hizo historia al ser la primera película de un gran estudio de Hollywood en estar protagonizada por un personaje gay.
Tras una primera entrega que reformulaba la esencia del fenómeno que había originado Becky Albertalli con el libro Yo, Simon, Homo Sapiens (Latidos), la nueva tanda de episodios de la serie ha encontrado el tono perfecto para contar la historia de un adolescente de origen latino y humilde que debe sobreponerse a sus hormonas, dudas y prejuicios mientras lidia las consecuencias personales, familiares y sociales de su salida del armario.
En un mundo posterior a Glee en el que Netflix ha ayudado a extender la diversidad sexual y racial por todo el planeta (se le pueden discutir muchas cosas a la plataforma de Stranger Things y The Crown, pero no ésta), podría parecer que Con amor, Víctor llega tarde. Cuando se estrenó su hermana cinematográfica, surgieron críticas similares por parte de algunos detractores. “¿Sería igual de bien recibida esta película si el protagonista fuera heterosexual?”, preguntaban sin darse cuenta de que ahí estaba el “milagro” que planteaban Albertalli y sus herederos.
Es ahí precisamente donde radica la clave de una historia que plantea qué pasaría si una de esas fantasías adolescentes (de American Pie a Alguien como tú) que solo tienen cabida en el cine comercial estadounidense tuviera como protagonista a un miembro de la comunidad LGTB. Los ingredientes son los mismos, pero cuando cambias al chef detrás de la receta, el plato tiene un sabor diferente.
Un evidente salto de calidad y un mea culpa
La segunda temporada de la ficción adolescente me obliga a entonar el mea culpa. Cuando Star llegó a España el pasado mes de febrero, cuestioné la decisión de Disney+ de presentar la serie dentro de la marca adulta de la plataforma. “La pregunta es simple: ¿por qué Con amor, Víctor es una historia para adultos y High School Musical: el musical: la serie sí la pueden ver los más pequeños de la casa sin la aprobación de sus padres?”, me lamentaba.
Desde entonces, la versión televisiva de la película protagonizada por Zac Efron ya ha mostrado un beso entre dos chicos gais y Con amor, Víctor ha abrazado la libertad sexual y temática que se echaba de menos en una primera temporada efectiva y encantadora, pero excesivamente blanca y heteronormativa. Para ser una serie sobre un personaje gay que está descubriéndose a sí mismo, el protagonista se pasaba casi toda la temporada saliendo con una mujer.
Con amor, Víctor no es Élite, pero en su segunda temporada la serie se acerca a la sexualidad más de lo que podíamos esperar en una serie que se presenta al mundo bajo el paraguas de la marca Disney. Mientras siguen los debates sobre Luca y su supuesta alegoría de la experiencia LGTB+, en la serie de Star aparece un bote de lubricante, un personaje se depila el vello púbico para causar mejor en su pareja y la serie explora los cuerpos de sus revolucionados protagonistas sin nunca regodearse en ellos. Insistimos: un lubricante en una serie adolescente de la compañía de Micky Mouse es un paso adelante, no un guiño a una comunidad que se elimina después para poder estrenar en un mercado conservador.
Una ejemplar comedia romántica
En su regreso, la serie ha abrazado su potencial, convirtiéndose en un referente necesario y en una de las mejores comedias románticas del momento. No es de extrañar que Hulu haya esperado a dar luz verde al spin-off de Cómo conocí a vuestra madre (How I Met Your Father) hasta poder contar con Isaac Aptaker y Elizabeth Berger, dos guionistas que se mueven con gracia y nervio entre la emoción, la comedia, el enredo y los conflictos familiares. La prolífica pareja, que ya había adaptado al cine el libro de Becky Albertalli, también ha ejercido de showrunners en una de las series clave de la última década: This is Us.
Victor y Benji viven en la segunda temporada un amor tan apasionado como lleno de dudas. Los personajes interpretados por Michael Cimino y George Sear (fantásticos y con una química innegable) deben lidiar con sus impulsos sexuales, las tensiones que provoca un entorno familiar y social que le cuesta aceptar con normalidad la nueva realidad de Víctor y las inseguridades personales que arrastra cada uno. También es refrescante cómo la serie explica el diferente momento de aceptación personal en el que están ambos y cómo esto afecta a su relación. Nada nuevo bajo el sol… si estuviéramos hablando de una pareja y una serie al uso. No es el caso.
Invirtiendo tópicos familiares
La primera temporada terminaba por sorpresa con Víctor contándole a sus padres que es homosexual justo cuando éstos explicaban a sus hijos que iban a separarse. Tras una elipsis que invitaba a pensar que la serie había preferido evitar una patata caliente, descubrimos (y celebramos) que una de las tramas más importantes de la temporada explora la dispar reacción a las noticias sobre el primogénito de los Salazar.
Con amor Víctor invierte el tropo en este tipo de tramas mostrando a un padre decidido a entender a su hijo y a una madre que se niega a aceptar que su hijo no sea exactamente lo que ella esperaba. En una inspirada decisión narrativa por parte de Aptaker y Berger, los actores James Martinez y Ana Ortiz tienen la oportunidad de explorar viajes diametralmente opuestos a los que habían interpretado en Día a día y Betty. En las comedias, dos referentes en la representación de familias latinas en Estados Unidos, los actores interpretaban a un padre homófobo y a una madre que apoya en cualquier circunstancia a su hijo gay, respectivamente.
Otro de los grandes aciertos de la segunda temporada de la serie es cómo Con amor, Víctor ha cuidado todos los personajes secundarios de la serie. Si en la primera temporada, Félix ejercía del mejor amigo del protagonista y el entrañable alivio cómico de la historia, en los nuevos episodios el actor Anthony Turpel debe explorar el trauma de un adolescente marcado por la enfermedad mental que sufre su madre y que, sin saberlo, ha condicionado toda su vida. También es digno de celebrar la inminente llegada de un nuevo personaje que reforzará la diversidad sexual de una serie en la que solo el protagonista y su pareja se salían de lo normativo.
Por el momento solo se pueden ver tres episodios de la segunda temporada y preferimos evitar en el terreno de los espóilers. Sin embargo, la excelente reacción crítica que ha tenido la serie en Estados Unidos (donde todos los episodios se estrenaron el 11 de junio a través de Hulu) confirma nuestras sensaciones: Víctor se ha hecho mayor y ya apenas necesita la ayuda de Simon, su predecesor. Efectivamente, It Gets Better.
La segunda temporada de 'Con amor, Víctor' se estrenó en Disney+ el 18 de junio. Cada viernes se estrena un nuevo capítulo.
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