El mundo, actualmente, se divide en dos tipos de personas: los que ven Juego de Tronos y los que no. La última temporada de la serie de HBO ha monopolizado tanto la conversación que los que no siguen la ficción se sienten como bichos raros apartados del tema del momento. Hacía tiempo que una serie no se convertía en algo parecido a una religión, pero esta lo ha logrado. El regreso, después de dos años de parón, con el primer episodio de la que será su temporada final congregó a la gente a las tres de la madrugada para ver el principio del final.
El actor Ricardo Gómez -famoso por haber dado vida a Carlitos Alcántara en Cuéntame y actualmente en plena gira teatral junto a Juan Echanove con Rojo- pertenecía, hasta hace un par de meses, al grupo de los que no veían Juego de Tronos. Nunca le habían llamado la atención “esas temáticas tipo la Tierra Media, el Señor de los Anillos”, además decir que no lo veía tenía ese punto de rebelde sin causa: “Había caído en esa cosa de, si la ve todo el mundo me da pereza el hype”. Ahora no puede parar. Se ha devorado las siete temporadas en un par de meses,justo a tiempo para no perderse el regreso más esperado.
“Empecé a verla por la gira de teatro, tenía muchas horas de hotel, que no de AVE porque HBO no tiene posibilidad de verlos offline y en los trenes no podía, así que estaba deseando llegar al hotel para seguir viéndolo”, cuenta a EL ESPAÑOL después de haber disfrutado del primer capítulo de la octava temporada. Hasta ahora no se había preocupado de los spoilers ni de ver los capítulos en directo, a la vez que todos para evitar que nadie le fastidie las sorpresas. “Mis amigos se sorprendían, no entendían que no me hubiera comido ninguno,pero es que ni me fijaba, ni sabía que Jon moría, ni la Boda Roja ni nada, llegué virgen total”, apunta.
Esta vez no ha querido improvisar. A las tres estaba como un clavo en el sofá con sus amigos. Las dos horas antes había hecho un resumen perfecto a sus compañeros de lo que había ocurrido antes. Ellos han tenido que esperar dos años, él sólo dos semanas para reencontrarse con Juego de Tronos. A pesar del cansancio de la gira no quiso esperar al día siguiente porque sabía que las minas en las redes sociales iban a estar colocadas: “No, no, no, es que lo tenía que ver a las tres porque si no ahora con los spoilers es una putada. La semana que viene lo tendré que ver el lunes y… es que los periodistas sois unos cabrones, si hacéis spoilers al menos no tituléis con ‘Reunión en el norte’, poned '8x1 análisis', que estáis siendo un poco cabrones”, dice entre risas.
Para evitar esto propone una solución: “haced un grupo los periodistas y poned todos lo mismo, yo propongo que ponga ‘Análisis’, y ya el que quiera comerse los spoilers que lo haga. Vamos a juntarnos un poco en sociedad, como en el 28A, vamos a hacer las cosas bien que si no vienen los Caminantes Blancos...”.
El capítulo que tenía que ser
Su valoración del capítulo de estreno es contundente: “Es el capítulo que tenía que ser, y pasó lo que todo el mundo sabía que tenía que pasar”. Lo dice alguien que se ha convertido en una enciclopedia de la serie y que recuerda que los comienzos de las series suelen ser así, introducciones a lo que está por venir. Su queja, que solo duraran 50 minutos, pero destaca varios momentazos: “El encuentro final fue bastante bestia, y el Rey de la Noche dejó sus mensajitos. Me encantó que los malos no apareciesen, todo el mundo pensaba que saldrían y cuando haces eso, provocas que cuando luego aparezcan vaya a ser mucho más bestia”. También cree que se abre un conflicto muy interesante, “cómo se va a tomar Daenerys quién es Jon y ver si este se lo quiere decir, porque él no quiere ser rey ni del Norte”. Lo de la relación incestuosa le importa menos, “ese tema se lo ha copiado a Los Serrano”, zanja entre carcajadas.
La clave de Juego de Tronos, por lo que él ha acabado rendido, es por su esencia clásica. “Tiene muchos muertos y dragones, pero tiene unas intrigas shakespearianas que me flipan. La diferencia ahora es que estamos llegando al tercer acto, y desde la sexta temporada hay más muertos, más batallas y más dragones, pero la serie se basa en las intrigas. Lo que más me atraía era el triángulo Tyrion, Varys y Meñique. Los tejemanejes para llegar a la corte, ese espíritu shakespeariano de como todos hacen lo que sea para sobrevivir”.
De todos los momentos sorprendentes que ha habido en estas siete temporadas se queda con un clásico. “A ver, con la boda roja le grité a la televisión. Llevo toda la puta vida trabajando en ficción y me hicieron gritar, que no es tan sencillo… Me sentí muy pringado”, cuenta de un momento que su amigo, el guionista David Pulido, grabó en vídeo convirtiéndolo en viral. Cuando acabe Juego de Tronos necesitará una desintoxicación. Se acabaron los atracones y volverán “filmin”. Un proceso de choque para soportar la ausencia de una serie que ha hecho historia.