Barry es la mejor serie de la actualidad. En los tiempos que corren estas afirmaciones casi han perdido su significado de tanto decirlas, pero en este caso os prometemos que no lo decimos porque sí ni con la intención de llamar la atención con un titular grandilocuente, realmente, esta producción de HBO Max es sobresaliente a todos los niveles y no se parece a ninguna otra.
Una serie puede entrar en un top 5 si destaca en algunos de los apartados correspondientes a guion, dirección, montaje, sonido o interpretación; si marca tres casillas tenemos razones de sobra para darle nuestra más alta consideración. Pero cuando hablamos de un título que derrocha maestría en todas y cada una de esas áreas y, además, tiene personajes interesantes, evolución dramática, tensión, sentido del humor, capacidad de sorpresa y la voluntad de entretenernos, estamos ante una serie incontestable y perfecta.
Ahora que Barry ha finalizado su tercera temporada, en la que, una vez más, ha alcanzado las cotas más altas de calidad, este verano es el momento perfecto para descubrirla antes de que arrase en las nominaciones a los Emmy, premios en los que ya suma 29 nominaciones y 6 estatuillas por sus dos temporadas anteriores. Y son pocas para lo que merece.
Mezcla géneros con absoluta precisión
Por su premisa, "un asesino a sueldo descubre el mundo de la actuación durante un encargo en Los Ángeles" y teniendo como creador y protagonista a Bill Hader, conocido por Saturday Night Live, es fácil imaginar Barry como una comedia de enredos tontorrona. Nada más lejos de la realidad.
Cuando se lo propone puede ser la serie más divertida en emisión, de esas que nos hacen reír a carcajadas, pero también habla de temas tan serios como la depresión, el trauma, la violencia de género y hasta ha llegado a mostrar una descorazonadora terapia de conversión sexual. Todo mientras encuentra espacio para el humor, escenas de acción memorables y ejercicios de dirección deslumbrantes. Es un híbrido que combina tonos y géneros con una precisión que parece imposible de conseguir sobre el papel.
Una dirección que nos deja boquiabiertos
Detrás de la composición de sus planos, el trabajo de cámara, la puesta en escena y el ejercicio interpretativo de Barry hay una planificación medida y cargada de intención cuyo resultado es impresionante. Bill Hader, Alec Berg y Hiro Murai demuestran tener un gran dominio del lenguaje audiovisual que siempre está al servicio de la historia y ante el cual solo podemos sentir admiración.
Cada encuadre derrocha elocuencia y sus secuencias son un espectáculo tanto en las escenas de acción como en las más íntimas. De persecuciones en motos por las autopistas de Los Ángeles y planos abiertos inspirados por Jacques Tati a escenas minimalistas con dos personajes en un garaje vacío o dentro de un coche, visualmente Barry siempre es estimulante.
Interpretaciones magistrales y personajes lejos del arquetipo
Barry se puede permitir planos cerrados de sus actores en las escenas más intensas a nivel emocional porque cuenta con un reparto que siempre está al más alto nivel. En cada temporada todos tienen varias escenas de esas que valen un premio Oscar. Bill Hader y Henry Winkler ya se han llevado un Emmy cada uno por su trabajo en la serie, y la academia les debe el suyo a Sarah Goldberg y Anthony Carrigan, que ya recibieron nominación en la edición anterior junto a Stephen Root.
La serie rompe nuestras expectativas con los personajes desde sus escenas de presentación. Mafiosos chechenos, el asesino a sueldo y su controlador, la aspirante a actriz y el profesor de actuación se establecen como únicos con rasgos que los alejan de lo que el espectador podría esperar de ellos. Y la evolución de cada uno nos depara sorpresas a cada paso sin traicionar nunca la coherencia dramática.
En esta historia todos los actos tienen consecuencias
La intensidad que alcanza Barry en cada uno de sus finales de temporada no está al alcance de la mayoría de las series. Ni siquiera de unas pocas a las que les cuesta, incluso, lograrlo en sus finales definitivos.
En este apartado es realmente excepcional y lo consigue gracias a unos guiones en los que ninguna acción es gratuita, en la que todo importa y cada elemento forma parte de un engranaje diseñado al milímetro para llegar a un objetivo. Cada acción tiene una consecuencia y la tensión es acumulativa porque la serie nunca olvida su pasado y los personajes no lo pueden esconder bajo la alfombra.
Y todo en episodios de solo 30 minutos
Barry es un disfrute a nivel técnico, narrativo e interpretativo que en cada episodio hace de su mezcla de tonos un espectáculo de magia alucinante que nunca falla. Entretiene, sorprende, incomoda, perturba, genera ansiedad, nos hace reír y nos deja extasiados ante su propuesta visual sin necesidad de episodios extendidos.
Tres temporadas de ocho episodios que nunca sobrepasan los 35 minutos, Barry ha hecho de la economía narrativa un arte y con ninguna otra serie tendrás la sensación de haber invertido mejor el tiempo. Ya tenéis plan para el verano. Y es insuperable.
'Barry' está disponible en HBO Max.
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