Ha pasado un mes desde que se estrenó La sangre helada en Movistar+ y desde entonces, la miniserie de seis capítulos ha sido todo un fenómeno entre los títulos de la plataforma. La sangre helada (que ya está completa en la plataforma) es una producción de BBC creada y escrita por Andrew Haigh y protagonizada por Colin Farrell y Jack O'Connell que adapta la novela de Ian McGuire. En ella se cuenta la historia de un cirujano que después de vivir los horrores de la guerra en el ejército británico, subirá a bordo del Volunteer, un barco ballenero que inicia una travesía hacia el Ártico.
Allí conocerá a Henry Drax, un despiadado psicópata que parece haber dejado en tierra todo sentido de la moral. Hablamos con Jack O'Connell, protagonista de la serie y todo un descubrimiento en el mundo de la ficción, que nos cuenta cómo ha sido el proceso de dar vida a su personaje y también cómo ha sido rodar en el mismísimo paisaje helado del Ártico.
La historia de una travesía y la lucha por la supervivencia
El propio actor encapsuló en pocas palabras la trama de la serie, contando cómo su personaje, Patrick Sumner "cuenta con un bagaje personal que determina su rumbo por completo". Desde un principio conocemos al joven cirujano, al que su experiencia como sargento del ejército británico en la India ha dejado marcado de por vida. Allí ha vivido todo tipo de horrores y con tal de esconderse de sí mismo y de sus propios demonios, buscará refugio en altamar.
Tomará la decisión de alistarse como médico a bordo del Volunteer, un barco ballenero que está a punto de zarpar desde Yorkshire rumbo al Ártico. Al inicio del viaje conocerá al arponero oficial, Henry Drax (Colin Farrell), un tipo tan frío como el hielo y muy despiadado. En medio de un entorno hostil que le amenaza constantemente, deberá luchar por su supervivencia mientras vive atrapado en medio del gélido e inmenso océano.
Alguien que abandona el ejército y emprende el viaje de su vida
A la hora de describir al protagonista, O'Connell no duda en escoger el adjetivo "enigmático" para definirle, añadiendo que "abandonó el ejército en circunstancias cuestionables" y que "se trata de un hombre que busca el equilibrio y que se da cuenta de que hay una parte que comparte con el personaje de Drax". El actor también cuenta que se sintió atraído por la serie, el director y el elenco que proponía y que "nunca antes había tenido la oportunidad de trabajar en algo así ni de interpretar a un médico o a alguien con esa forma de verse a sí mismo dentro de la sociedad".
Además, para él resultó muy interesante poder interpretar a un exirlandés con sentimientos patrióticos que además es inmigrante, y "que llega al mundo con tantas complejidades dentro de sí mismo y aportando cierto sentido al síndrome del impostor", que le ayudó a comprenderle como persona y a darle vida como personaje.
La experiencia de rodaje fue gratificante
Una de las características que más valor le da a la serie es el hecho de que esté rodada en localizaciones reales. Escogiendo más concretamente la ciudad inglesa de Hully el archipiélago helado de Svalbard, en el Ártico, la unidad de rodaje no tuvo miedo al desplazarse, batiendo el récord del punto más septentrional al que nunca antes se había llevado un rodaje. Además, el barco utilizado en la ficción fue recreado y trasladado físicamente al rodaje en el Ártico
Jack O'Connell describió cuál era la sensación que tenía al inicio, dejando claro que "sabíamos que era peligroso pero todos nos implicamos a pesar del riesgo". "Cuando subimos a bordo de nuestro set, que era un barco normal y corriente al que llamamos Volunteer, y nos hizo pensar en cómo sería realmente vivir allí durante más de un año".
El protagonista de la serie también analizó cómo fue la atmósfera durante el rodaje, detallando que "al ser un espacio reducido, cualquier negatividad podría resultar contagiando más de lo debido". Sin embargo, el actor reconoció que la experiencia fue más que gratificante, contando con "una tripulación a bordo muy profesional que sabían lo que estaban haciendo y que fueron muy acogedores".
Una travesía real hacia el Ártico
Cuando el proyecto de La sangre helada llegó a las manos de Jack O'Connell, el actor sintió un gran entusiasmo y no pudo contener las ganas de iniciar el rodaje. O'Connell dejó claro que resulta "muy atractivo trabajar con un gran director como Andrew Haigh y con un actor como Colin Farrell" y que para él "tener la oportunidad de ir al polo norte es una experiencia irrepetible y que solo se vive una vez en la vida".
Sin embargo, uno de los recuerdos que más le impactó al intérprete fue el hecho de pisar el Ártico y poder caminar por el continente helado. "El equipo que iba con nosotros nos sugirió bajar del barco y al final resultó en una experiencia electrizante y algo que teníamos que hacer".
Además, al preguntarle por la experiencia general, el actor también destaca haberse encontrado "con la vida silvestre en su forma natural". Para él, "ver osos polares dando vueltas o que incluso uno de ellos se acercase al barco es algo que probablemente no volverán a vivir nunca". También destacó del proceso el trabajo en equipo y, en especial agradeció trabajar con un director que "está tan entusiasmado con la historia como el resto de actores" y que "supo estar al volante y manejar las discusiones de una manera amigable".
'La sangre helada' ya está disponible en Movistar+.
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