El 13 de marzo se convierte en la siguiente fecha de salida de una de las apuestas más relevantes de Netflix. Tras dos temporadas de puro éxito adolescente no solo a nivel nacional sino en todo el mundo, el instituto de Las Encinas vuelve a enfrentarse al legado de Marina y a la acusación formal hacia Polo como el asesino.
La producción española trae esta vez más acción, más sexo y más drogas a unos jóvenes que elevan al cuadrado las vivencias actuales de las nuevas generaciones pero que a su vez les hace estar representados por la trama que Ester Expósito, Miguel Bernardeau, Arón Piper y compañía encarnan. La serie ha sido toda una revolución para el público y también para el reparto mismo. Los lugares públicos, así como plazas céntricas y calles muy concurridas son prácticamente intransitables para los actores y actrices que se han convertido en estrellas para los más jóvenes.
"Antes hacía muchos directos de Instagram y me mojaba en muchos temas políticos", explica Georgina Amorós, quien interpreta a Cayetana, en una entrevista concedida a EL ESPAÑOL. Añade que sigue pronunciándose, pero que hay temas con los que se contiene.
Y es que, de alguna manera, pese a que los actores hagan hincapié en que todo es ficción y no tiene relación con realidad, lo cierto es que hay muchos temas sociales que ponen sobre la mesa y que responde a este ídolo de masas que se ha formado. Desde el sida en la primera temporada, pasando por el constante clasismo de muchos de los estudiantes y hasta la gordofobia y el bullying están presentes en esta tercera.
"No pretendemos ser un ejemplo a seguir pero sí que ponemos sobre la mesa situaciones reales y conflictos reales que puede tener cualquier adolescente y los juntamos en un cóctel", explica a este periódico Ester Expósito. Lo mismo opina Claudia Salas (Rebeca), quien matiza que en la serie reproducen temas que ocurren en un instituto, en una universidad o hasta en un ambiente de trabajo.
El sexo, tema trascendental
Uno de los aspectos que con menos tabúes se trata es el del sexo, donde Danna Paola (Lucrecia) considera que en esta tercera temporada se toma desde una perspectiva diferente: "El sexo pasa a un término de amor". De esta manera, la normalización y la ruptura de la perfección que se había visto hasta el momento se desgrana para mostrar gatillazos o el mero hecho de que un miembro de la pareja no quiera practicar el sexo en un momento determinado. "Hay una dismitificación del sexo en el sentido de que signifique algo más allá de lo que es. No se entiende como un vehículo para formar una familia sino como un componente más en las relaciones interpersonales", puntualiza Omar Ayuso.
"No todo es tan perfecto ni sale siempre bien. Generando debate y soltando temas sobre la mesa, Élite cumple. Cuando leí esa secuencia me encantó", declara Salas haciendo referencia al gatillazo de uno de los personajes. Asimismo, según comenta el reparto, la forma en la que se representa el sexo es debido a la evolución que ha habido en la sociedad. "Para mí ha habido una liberación: por la generación o la época. Incluso con lo que transmite esta serie a las nuevas generaciones. Si este momento de liberación la hubiera vivido mi padre de joven a lo mejor hubiera hecho cosas que no ha hecho", opina Álvaro Rico (Polo).
Por su parte, Georgina Amorós cuenta que "las series tienen una función educativa de alguna forma porque es un reflejo de la sociedad" y que el sexo es un tema inevitablemente trascendental que no se puede esconder. "La educación de los adolescentes en su mayoría es el porno, lo peor que puede existir. No existe otra educación sexual. Que se hable de este tipo de temas en series que van a ver muchos adolescentes ayuda a concienciar y a visibilizar", afirma.
En definitiva, Élite regresa una vez más tratando de acaparar todos los aspectos sociales que conciernen a la juventud actual; ya sea en términos personales, educativos u hormonales.