Qué bien sienta soltar un 'taco' en el momento preciso. Cuando uno se golpea el dedo meñique del pie con una esquina, cuando marca gol el equipo contrario, cuando te pegan un buen susto en una película de terror… Las palabrotas se usan para todo. En momentos de alegría, de tristeza, de sorpresa… incluso durante el sexo. Son versátiles, catárticas y todo el mundo las tiene en su boca constantemente. ¿Pero, por qué?, ¿de dónde vienen?
Nadie se lo plantea, pero términos como 'mierda', 'joder', o 'polla' tienen una historia, una etimología y un origen que habla de la historia de cada lenguaje y cada país. Eso es lo que se plantea enseñar la nueva y delirante propuesta de Netflix, que ha creado una serie divulgativa llamada La historia de las palabrotas en las que se cuenta de dónde vienen tacos como ‘joder’, ‘mierda’, ‘perra’, ‘capullo’, ‘coño’ y ‘maldito’. Seis episodios de 20 minutos divertidos, interesantes y con un maestro de ceremonias insuperable… Nicolas Cage.
Una idea brillante que, además, rompe con los típicos contenidos de las plataformas. No es una ficción, ni un especial de humor, ni una serie documental. La historia de las palabrotas recurre a especialistas en historia de las palabras, expertos en léxico, en morfología y etimología para que los espectadores sepan lo que están diciendo cuando sueltan un taco. También, para agilizar, unos cuantos humoristas que analizan lo importante que son las palabrotas en sus monólogos, cómo el decir algo que se considera prohibido o tabú hace que la gente se ría.
Todo conducido por Cage, que se nota que disfruta con la provocación de ser el maestro de ceremonias. Él es uno de los actores a los que más hemos visto blasfemar en la gran pantalla, y aquí se suelta el pelo diciendo todos esos tacos, pero de forma justificada. El cine tiene una gran presencia en estos especiales, ya que también se analiza cómo se ha usado y cómo se ha censurado. Por ejemplo, se cuenta que la calificación por edades de EEUU sólo permite decir un taco y sin una connotación sexual si quieres que la película sea para menores de 13 años. En cuanto te pasas te arriesgas a una etiqueta que hará que muchos padres no lleven a sus hijos.
A los expertos y cómicos que participan se les pregunta quién creen ellos que es el actor que más tacos dice por película. Todos apuestan por un actor negro como Samuel L. Jackson o Eddie Murphy, y sin embargo se demuestra que el que más veces ha usado la palabra 'joder' por filme es Jonah Hill, que gracias a El lobo de Wall Street rompió un récord de 107 veces en una misma obra. Nicolas Cage reconoce que 'fuck (joder)' es su preferida a la hora de actuar y que es la que dice un 71% de las veces que usa una palabrota en pantalla.
En 20 minutos derriban leyendas urbanas, como esa que dice que 'Fuck' significa ‘Fornication under consent of the king’
El cine como forma también de romper barreras, gracias a títulos como Mash, o en televisión con programas irreverentes como South Park, que en 2004 uso palabrotas sin censura. La moral retrógrada, la censura… Una censura que suele venir de las propias personas y no del gobierno, porque como dice un experto, cuando te ofendes haces saber a los demás que tienes unos principios morales por encima del resto. Por eso, como reconocen los cómicos, en EEUU hacen más gracia las palabrotas, porque en otros países hay menos moralina con ellas. Todo está en La historia de las palabrotas.
De forma casi liviana, como un juego, porque hasta se hacen experimentos. Insultando se suelta adrenalina, nos sentimos fuertes. Por eso se pide a los expertos que metan su mano en un cubo de agua helada y aguanten. La mitad pueden decir palabrotas, la otra mitad no. ¿Resultado? Los que maldicen aguantan más. Todos. El primer premio es para el actor Isiah Whitlock Jr., que se hizo famoso por su forma de pronunciar ‘Shit’, alargando la palabra en The wire. En 20 minutos derriban leyendas urbanas, como esa que dice que 'Fuck' significa ‘Fornication under consent of the king’ y que viene de la época medieval cuando el monarca tenía quedar un salvoconducto para poder tener prácticas sexuales.
Los tacos también pueden ser políticos, y la serie de Netflix lo demuestra. Cuando los raperos incluyeron palabrotas en sus canciones fue una revolución. Era una forma de protesta, de usar lo que estaba prohibido y pasó a ser parte del vocabulario de la gente de la calle. Que se lo digan a NWA y su mítico Fuck the police, que en 1989 pasó de ser el título de una canción a una expresión popular contra la violencia policial contra los negros. El resultado fue marcar con una etiqueta los discos con expresiones malsonantes para avisar a los padres. Otra vez la moralina norteamericana. La historia de las palabrotas es una serie que mezcla lo ligero con la divulgación, y la muestra de que con originalidad se pueden hacer otros formatos diferentes. Ojalá haya más insultos de los que descubrir cosas.
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