Tahar Rahim está en todas partes. El actor francés de origen argelino que impactó al mundo con su interpretación en Un profeta confirma su regreso a las primeras ligas con la miniserie criminal La Serpiente, el único estreno destacado de Netflix en esta Semana Santa. Después de ser nominado al Globo de Oro y al BAFTA por dar vida a un hombre retenido injustamente en Guantánamo durante catorce años en The Mauritanian (ya disponible en alquiler y compra en varias plataformas), Rahim recurre de nuevo a una truculenta historia basada en hechos reales para convertirse en otro hombre perseguido por la ley. La coproducción entre la plataforma de streaming y la prestigiosa BBC One tiene ocho episodios y ya está disponible íntegramente en la plataforma bajo demanda.
La historia de La Serpiente se remonta a mediados de los años 70, cuando el traficante de piedras preciosas Charles Sobhraj y su novia, Marie-Andrée Lecler, recorrieron Tailandia, Nepal y la India dejando un rastro de cadáveres a su paso. Esa es la teoría que intenta demostrar Herman Knippenberg, un joven diplomático de la Embajada de los Países Bajos en Bangkok que se ve envuelto por accidente en una compleja red criminal. Con la ayuda de su esposa Angela, la policía de diversos países y testigos de las retorcidas manipulaciones de Sobhraj, Knippenberg pone en marcha un fascinante caso que acabará con su némesis como el hombre más buscado por la Interpol en todo el planeta.
Jenna Coleman (Doctor Who) como Marie-Andrée Leclerc; Billy Howle como Herman Knippenberg (El rey proscrito); Ellie Bamber (Los Miserables) como Angela Knippenberg; el debutante Amesh Edireweera como Ajay Chowdhury y Tim McInnerny (Notting Hill) como Paul Siemons completan el reparto de la serie británica. Richard Warlow y Toby Finlay, viejos colaboradores en la serie Ripper Street, escribieron los guiones de los ocho capítulos. Los directores Tom Shankland (nominado al Emmy por The Missing) y Hans Herbots (Riviera) se encargan de la primera y la segunda mitad de la serie, respectivamente.
Basada en truculentos hechos reales
“La secuencia de eventos que unieron las vidas de Charles Sobhraj y Herman Knippenberg es una historia que se te queda dentro. Hay coincidencias y hechos tan atroces e indignantes que te quedas boquiabierto”, explica Warlow sobre una historia que desconocía y de la que se quedó prendado inmediatamente cuando Tom Shankland se reunió con él para contarle una increíble historia real que, según ellos, no debería permanecer en el olvido.
Tres años después de esa primera conversación, pudo conocer al verdadero Herman Knippenberg. “Necesitaba una estructura que no solo pudiera alargarse durante ocho horas, sino que también nos permitiera colocar a alguien genuinamente heroico en el corazón del relato”, confiesa el guionista del proyecto. “Hacía falta un personaje para que la audiencia pudiera empatizar con alguien y que presentara un contrapunto al particular estilo y magnetismo de Sobhraj”.
Tahar Rahim tenía sus propios desafíos ante la cámara. “No era fácil ser lo suficientemente seductor y misterioso como para atraer a los que le rodean y que al mismo tiempo ser lo suficientemente aterrador para la audiencia”. Para el francés, el Sobrhaj no era ningún desconocido. “Cuando tenía 16 años, mi hermano estaba leyendo un libro grande y grueso. Estaba muy metido en él. Era La vida y los crímenes de Charles Sobhraj. También lo leí y me fascinó. Creo que, como seres humanos, nos fascinan los asesinos, pero también el mal en general. Sentía fascinación y repulsión y pensé que me encantaría interpretarle algún día”.
Shankland también había escuchado hablar del criminal por primera vez a sus 19 años durante un viaje a Nepal en el que le advirtieron que no debía fiarse de cualquiera que se cruzara en su camino. “No tenía ni idea de si este francés era una especie de hombre del saco hippie, una leyenda urbana, o si era real. Fue muy inquietante estar en un lugar tan asombrosamente hermoso e imaginarse asesinatos tan oscuros y brutales”.
La historia también escondía un telón de fondo complejo y jugoso desde un punto de vista dramático. La tumultuosa geopolítica en Asia en plena guerra de Vietnam. Los últimos coletazos del sueño hippie. El choque de ideas y formas de entender el mundo entre Oriente y Occidente. La libertad de un turismo sin móviles ni contacto con el mundo real antes de que viajar por todo el planeta se convirtiera en algo factible y habitual. “Todo el cóctel fue completamente embriagador y, como cineasta, no había duda de que este era un momento y un lugar que quería revivir”, reconoce el director.
La serpiente fue una de tantas series que se vieron obligadas a parar su rodaje por culpa del coronavirus. Tras meses grabando en Bangkok y Huah Hin, la producción no volvió a grabar hasta cinco meses después. Cuando retomaron el rodaje, el equipo no podía salir de Inglaterra por culpa de las restricciones de la pandemia. Diferentes localizaciones locales hicieron las veces de India y Francia en la ficción. Los guionistas hicieron también varios cambios en el guion para no tener que volver a Tailandia a rodar más escenas.
La miniserie 'La Serpiente' ya está disponible al completo en Netflix.
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