Es difícil predecir de dónde van a salir esos pequeños fenómenos que, por mérito propio, se abren camino entre los estrenos de series. En un fin de semana en el que esperábamos que la conversación estuviese dominada por el cartel de estrellas (delante y detrás de cámaras) de La historia de Lisey, ha sido Sweet Tooth, una serie postapocalíptica de fantasía, protagonizada por un niño de diez años con orejas y cuernos de ciervo, la que se ha robado nuestra atención.
Así lo demuestra su presencia en el número uno del ranking de lo más visto en Netflix (según la web FlixPatrol) en más de 30 países, entre ellos Estados Unidos y el Reino Unido (en España está en el tercer puesto con fecha de hoy).
La misma semana en la que Netflix anunció la cancelación de Jupiter's Legacy, la adaptación de los cómics de Mark Millar que se esperaba fuera su The Boys, la plataforma estrenó esta encantadora historia basada en los cómics de Jeff Lemire, que fueron un éxito desde su lanzamiento en 2009 hasta su cierre en 2013, y que cuentan entre sus fans a Damon Lindelof (Perdidos, The Leftovers, Watchmen).
Pero su camino hasta la pantalla no fue fácil.
El origen
Como muestra este tuit, el proyecto recibió muchas negativas mientras intentaban venderlo. Su premisa le resultó ridícula a muchos, hasta que Hulu encargó en 2018 un piloto. Este episodio se quedó en un cajón hasta mayo de 2020, cuando Netflix le dio luz verde a una primera temporada a este mundo fantástico postpandemia mundial que ha estrenado un año después. Como dice el narrador de la serie, con la voz de James Brolin en la versión original: "algunas historias empiezan por el principio", la de Sweet Tooth comienza aquí.
Una historia postapocalíptica directa al corazón
El primer episodio, uno de los mejores de la temporada (y escrito por Lemire, el autor de los cómics), nos presenta el universo de la serie centrándose especialmente en Gus, su pequeño protagonista. Lo vemos crecer desde que era un bebé junto a su padre (Will Forte), aislados en una cabaña autosuficiente, y limitada por una valla metálica, hasta que cumple 10 años.
Gus (Christian Convery) es un niño híbrido (mitad humano, mitad animal), como los que surgieron después de la pandemia mundial conocida como el Gran Incidente. Los humanos que sobrevivieron no saben si estos híbridos son la causa o una consecuencia del virus que sembró el caos y acabó con la civilización, por lo que les temen y se dedican a cazarlos. El mundo es un lugar muy peligroso para Gus, pero aún así está decidido a enfrentarse a él para encontrar a su madre, un camino que recorrerá junto a Jepperd (Nonso Anonzie), un vagabundo solitario.
Ambientada en un mundo posapocalíptico, cuyo caos y desconcierto inicial nos recuerda mucho al nuestro de hace un año, Sweet Tooth es una historia escapista con un tono de cuento que tiene las dosis perfectas de aventura, emoción y ternura. Gran parte de su éxito radica en la acertada elección de su protagonista, el pequeño actor canadiense está perfecto y se roba nuestro corazón con su carisma (al menos es así en la versión original, desconozco cómo es el resultado con el doblaje).
Su viaje nos llevará por diferentes lugares en los que encontrará enemigos y aliados e iremos encontrando respuestas de cómo empezó todo, hasta ese último episodio que nos deja con ganas de más. Haciendo honor a su título, esta serie es un caramelo.
Esperamos que la renueven pronto, mientras tanto, disfrutad la serie en familia.
'Sweet Tooth: El niño ciervo' está disponible en Netflix.
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