Hace poco leía una acalorada discusión en redes sociales -otra más-. El motivo era si el top ten de Netflix era real. Si podíamos fiarnos de las películas y series que la plataforma coloca en su interfaz y que informan al usuario de aquellos productos que más está viendo la gente. La bronca polarizaba, y aquellos en contra acusaban de opacidad a Netflix y decía que había que fiarse de su ránking, una clasificación sin datos, cifras o números de visionados. Pero vayamos por partes. Para los que no saben de lo que estamos hablando hay que hacer una pequeña labor de recapitulación.
A Netflix siempre se le ha acusado de poca transparencia. Nadie sabe exactamente cuántos usuarios tiene, y de vez en cuando anuncia el éxito de una de sus series sin ser específicos con los datos. Por ejemplo, La casa de papel esperan que sea vista por 64 millones de usuarios, mientras que The Witcher, según sus cifras, fue disfrutada por 76 millones de hogares. Lo primero que hay que aclarar es que para ellos un visionado es cualquiera que haya aguantado más de dos minutos en un episodio. Para ellos eso significa que no ha sido un error y que había una intención real de entrar en esa serie o película. Da igual si después del primer episodio la dejas, ya ha contado.
Pero volvamos al ránking, ante esa cacareada opacidad Netflix decidió colocar un top ten de sus títulos más vistos para que cuando entras veas lo que está funcionando cada día. Ahora les acusan de tener que fiarnos de lo que dicen y de que no hay número de visionados al lado. Bienvenidos al marketing y a 2020. Por supuesto que no dan las cifras. Sinceramente, pensé que estaba bastante claro que esa clasificación es una herramienta de promoción de sus propios productos. En un catálogo de millones de títulos hay que encontrar la forma de destacar algunos, y de conseguir fenómenos diferentes a aquellos que llenan las calles con lonas y millones en promoción.
No entiendo bien la polémica. Por supuesto que Netflix puede trucar su ránking, ¿o es que alguien esperaba que cerrara a las 23:59 de cada día y ante notario las visualizaciones? Si nos ponemos exquisitos espero que cuando una película ponga en su cartel ‘La comedia francesa de año’, lo justifique con cifras. Que cuando digan ‘número 1 en EEUU’, digan los millones de recaudación o que cuando veamos las más vistas en taquilla se añada siempre la media por copia. También en televisión. A la serie que presume de ser la más vista del día le exijo que aporte su porcentaje de share.
Sólo hay que observar ese ránking para saber que no es fiable, y que lo que hace es destacar otros productos. Que la que está en el décimo puesto puede que no la haya visto mucha gente y que los estrenos siempre se cuelan. Cierto. Igual que lo es que todos miramos que hay en esa lista y que sin ella puede que nunca hubiéramos descubierto Unorthodox. El fenómeno del confinamiento ha sido un éxito por el boca a boca, pero muchos la hemos descubierto gracias a que aparecía cada vez más alta en su ránking. Nadie sabíamos quién era Shira Hass ni de la existencia de esa serie alemana, y de repente ese rostro con esos ojos fue subiendo escalones. Había que descubrir qué era eso.
El ránking puede ser engañoso, claro, pero nadie te obliga a quedarte más de cinco minutos en sus propuestos. Te sobra la mitad de ese tiempo para ver que 365 días es una vergüenza machista, pero tampoco hace falta ser un lince para saber que todos la están viendo un ratito para ver qué pasa y por qué es tan polémica. ¿Alguien duda que Tiger King fue un fenómeno, o que el documental de Jefrrey Epstein lo vimos todos? Claro que ese ránking es opaco, claro que colocan títulos para que caigamos en su red, y parecemos nuevos si nos acabamos de enterar.