Tiene ochenta años, dos hijos y, si el juez le da la razón, doce millones de euros. Un anciano de Morón batalla contra los doce sobrinos de un rico agricultor de la localidad sevillana para que le den lo que él entiende que es su legítima herencia como hijo extramatrimonial del terrateniente.
Lo curioso de este caso es que no se va a exhumar el cadáver del supuesto padre. El juez ha ordenado que se saquen de su sepultura otros cinco cuerpos para determinar la filiación de este hombre.
Algunos errores en el caso -se exhumó un cuerpo pensando que era el del acaudalado demandado- ha provocado que el magistrado se cure en salud. No quiere más fallos. Por eso se van a sacar de su tumba a los cinco hermanos del presunto padre. Con el material genético se podrá determinar si el anciano de Morón puede heredar o no.
Según explica el abogado del demandante, Fernando Osuna, el supuesto padre no tenía hijos. Eso convertiría al octogenario en el único heredero de la fortuna. Pero sí que hay sobrinos. Son 12 y viven, en su mayoría, en Jaén. Son quienes defienden que el demandante no tiene derecho al dinero.
Osuna señala que su defendido es hijo de una señora del servicio que trabajaba en la casa del agricultor rico. Intimaron y, fruto de ese acercamiento, nació su cliente. Eran los años 40 del siglo XX y no estaba bien visto que el señorito se casase con la sirvienta, defiende el reclamante.
La cuestión es que, señala el abogado, el agricultor sí trató al hoy octogenario aunque a escondidas. Luego rompió esa relación. Hizo su vida desde que el chico se hizo mayor de edad.
Osuna señala que el demandado era una persona "culta, que leía mucho". ¿Y los sobrinos a los que se reclaman el dinero? La defensa del anciano señala que mantienen el negocio familiar pero que tienen todos buena posición porque estudiaron.
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A las puertas de Navidad
La cuestión es que ya se sabe cuándo se producirán las exhumaciones. Será el próximo 20 de diciembre, a las puertas de la Navidad. A las 11 de la mañana los operarios del camposanto de Morón sacarán los cadáveres de sus tumbas.
Con eso no se acaba el caso. Entonces habrá que tomar muestras y mandarlas al laboratorio. Después llegará el veredicto. Si es positivo, el dinero llegará después.
El caso, explica Osuna, debió durar poco más de un año, el mismo abogado achaca la tardanza a «dilaciones indebidas» y «problemas en los registros del cementerio para localizar el verdadero cuerpo».
Tanto el Juzgado como la Fiscalía entienden que hay que averiguar la relación de filiación en función del ADN de los huesos, además de considerar que el derecho que tiene el supuesto hijo en saber quién es su padre prevalece sobre la intimidad de los familiares de los fallecidos.