La sequía ha dejado secas algunas de las lagunas de Doñana. Y eso hizo que el investigador Miguel de Felipe hallase entre el lodo un silbato de barro con forma de cabeza de mujer.
El hallazgo fortuito ha supuesto resucitar la leyenda de la ciudad perdida de la Atlántida, que se ha situado en la zona de Doñana, a solo una hora de Sevilla. También el misterio de Tartesio, la civilización que vivió en la hoy Andalucía pero de la que tan poco se sabe.
La aparición del silbato se produce cien años después de la excavación del alemán Adolf Schulten en el Cerro del Trigo de Doñana. Era 1923 y buscaban a los tartesios. Cualquier pista sobre esa civilización mítica señala EFE.
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También lo intentó el francés Jorge Bonsor, luego afincado en Mairena del Alcor (Sevilla), que se sumó después a Schulten con apoyo económico del propietario de Doñana, el duque de Tarifa. Sin resultado.
El arqueólogo alemán no encontró Tartesios a pesar de que fue su obsesión. Solamente unos modestos restos de una aldea de pescadores romana y un anillo de cobre –luego desaparecido- que llevaba inscrita en griego la frase ‘poseedor, seas feliz’.
El tesoro del Carambolo
El hombre murió justo el mismo año, recuerda EFE, en que salió a la luz uno de los grandes tesoros de Sevilla: el tesoro del Carambolo. Más allá de su valor económico -está hecho de oro- está el histórico. Demuestra que Tartesios existió.
Pero el verdadero enigma está en la Atlántida. La mítica ciudad perdida que se situó en el entorno de Doñana.
Los investigadores del CSIC Sebastián Celestino –descubridor en 2015 de la ciudad tartésica de El Turuñuelo, en Badajoz- y Juan Villarías Robles llevaron a cabo desde el verano de 2005 hasta el de 2008 una campaña en la marisma de Hinojos (Doñana) con el señuelo de encontrar la legendaria ciudad.
Estructuras en el agua
La iniciativa se basó en el estudio realizado en 2004 por un equipo de científicos de la Universidad de Wuppertal (Alemania) liderado por Rainer Kühne .
Tras realizar unas fotografías de satélite afirmaron que se apreciaban dos estructuras rectangulares inmersas en anillos concéntricos, con una tipología constructiva que Platón describía para la Atlántida.
El tema llevó a la propia National Geographic a rodar el documental ‘En busca de la Atlántida’, que incluía dentro de un tono de espectáculo el hallazgo “in situ” de dos estatuillas con forma de mujer en la marisma seca.
"No hay nada"
El prestigioso Sebastián Celestino afirmó del filme que tenía “una intención fundamentalmente económica” porque “debajo de las marismas, a 12 metros de profundidad, no hay absolutamente nada”.
Ni de la Atlántida ni de Tartesios hay pruebas científicas en Doñana. Lo más cercano quizás sea un ser que recorre sus arenas: una nueva especie de hormiga descubierta hace ocho años, y que los científicos Fernando Amor y Patrocinio Ortega bautizaron como Cataglyphis tartessica. El mito sigue vivo.
Entonces, el silbato con cara de mujer, ¿lleva hasta la ciudad secreta de la Atlántida? No. De hecho, Fernando Fernández, exdirector del Museo Arqueológico de Sevilla y coautor del artículo que analiza el objeto, señala a EFE que “se le ha dado una importancia desorbitada porque está fuera de contexto, quizás interese para la historia de la música”, afirma.