El capitán de Cerro Muriano ordenó poner la línea de vida a dos sargentos porque tenían "un curso de nudos"
El capitán Zúñiga, señalado junto a otros dos mandos por los fallecimientos, reconoció en su primera declaración que no había ambulancia en el lugar de la tragedia.
4 abril, 2024 05:45El capitán Zúñiga estaba al mando de las maniobras en las que dos soldados murieron ahogados el pasado mes de diciembre en el cuartel de Cerro Muriano, en Córdoba. Así lo reconoce el propio militar en su primera declaración después del incidente.
En la misma, Zúñiga señala que encargó poner la cuerda que debía ayudar a flotar a los militares en el lago donde hacían los ejercicios a dos compañeros, sargentos ambos. Se lo dijo a ellos "porque tienen un curso de nudos", explicó a los investigadores el mando militar.
Sin embargo, Zúñiga aseguró no conocer "cómo se llama la titulación" de quienes, a la postre, debían montar la cuerda para que los militares que cruzaban el agua no se ahogasen.
La cuerda que cruzaba el lago la instalaron dos sargentos. Con uno de ellos habló el capitán Zúñiga dos días antes de la maniobra. "A sus órdenes, mi capitán, ya está montada la línea de vida", indicaba el mando en su mensaje de Whatsapp, en el que añadía las coordenadas donde empezaba y acababa el cabo.
El mismo día de esa conversación, el segundo sargento que instaló la cuerda le dijo al primero que estaba destensada. Así se lo habían trasladado a él. El otro le respondió que si la tensaban mucho más, estaría "muy alta".
La cuerda, debido al peso de los soldados, acabó cediendo. En algún momento de las maniobras, se cortó, dejando sin ese asidero a los reclutas. El resultado de ese día ya se conoce: dos muertos y varios casos de hipotermia.
"Sin ambulancia"
No es la única confesión sorprendente. El capitán también explicó a los agentes de la Guardia Civil encargados de la investigación de la muerte del soldado Carlos León y el cabo Miguel Ángel Jiménez que no era la primera vez que estaba al frente de maniobras similares "sin línea de vida y sin ambulancia", recoge el sumario del caso, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
De esa frase se deducen dos cosas: que el capitán sabía que la cuerda que se estaba instalando no era una línea de vida sino una cuerda -que finalmente se hundió y no resistió- y que tampoco había ambulancia en la zona, como declararon varios soldados.
De hecho, el propio Zúñiga indica que no había preparación de seguridad obligatoria para el ejercicio de vadear el lago pero que él decidió instalar la cuerda "y tener la ambulancia alerta". Alerta estaba, como han declarado otros militares, incluido el encargado de conducirla. Pero no en el lugar de los hechos y, además, estaba también pendiente de unas prácticas de tiro.
Llama la atención de la declaración de Zúñiga que asegure no conocer "qué es una orden de servicio" cuando, sin embargo, llevaba años en el Ejército y había alcanzado el empleo de capitán, es decir, de oficial.
Rescate de los soldados
El militar señala que ayudó tanto en el rescate de sus soldados del agua como en la posterior búsqueda de -se creyó en un primer momento- el soldado perdido. Luego resultaron ser dos y, además, ambos fallecidos.
Zúñiga, por último, apunta a sus superiores, de los que dice que habían autorizado la formación que acabó con la muerte de los dos soldados.
También declaró ante los agentes que llevan la investigación otro de los señalados: el teniente Tato. El mismo relata que despertaron a los soldados a las cinco de la mañana -un hecho que recogen todos los reclutas interrogados y que el instructor da por cierto-, pero obvia que lo hicieron con tiros al aire. "A las cinco de la mañana -narra- hicieron sonar la alarma para iniciar los ejercicios".
Perdió un fusil
Sí reconoce que, en los primeros compases el ejercicio en el lago, "se empezó a deformar la hilera" de soldados "y el orden" de la misma. Entonces, uno de los reclutas perdió el fusil en el agua.
Según el relato de varios militares, eso provocó gritos airados y de mal gusto por parte de los mandos señalados. Incluso un golpe en el casco del recluta. El episodio no aparece en el relato del teniente Tato.
Este mando reconoció ante los investigadores que no conocía las medidas de seguridad necesarias para esta maniobra. "Yo simplemente encontré la línea de vida y ejecuté el ejercicio de cruzar el lago", señaló.
Cortar la cuerda
Otro punto clave de la investigación es cómo y quién dio la orden de cortar la cuerda que cruzaba el lago de lado a lado. El teniente Tato señaló a Zúñiga. Pero explicó que lo que pidió su compañero es que los soldados soltaran la cuerda para que se tensase de nuevo, no que la quitasen, como pasó.
En el sumario del caso recoge asimismo la declaración del sargento Estupiñán, también señalado en el caso. Éste argumentó que había indicado a los soldados a su mando que aliviaran peso tanto de las mochilas como de las prendas que llevaban puestas para mejorar su paso por el agua.
Peso en la mochila
Esa no es la versión que dieron casi todos los soldados preguntados, que sí cuentan que se quitaron el chaleco antifragmentos pero no refieren que sacaran de la mochila un peso extra.
En todo caso el testimonio de Estupiñán es clave, porque sí que recuerda al cabo Jiménez con problemas en el agua antes de ahogarse. Señala que intentó calmarle cuando le vio en apuros. "Jiménez, tranquilo, pon el pecho en la mochila", asegura que le dijo.
También pidió ayuda para Jiménez pero, en ese momento, narra, se desmadró la situación. Un soldado gritó que se ahogaba, señala. Asegura que le ayudó a completar el recorrido pero que otros estaban también en apuros.
Otro punto clave de la declaración de este mando es que reconoce que él no comprobó la flotabilidad de las mochilas. No recibió la orden de hacerlo, explicó a los investigadores. Pero aseguró que sí que mandó que los soldados llevasen su equipaje estanquizado.