Un centenar de pacientes del Hospital Virgen Macarena ya se ha beneficiado de sus cribados farmacogenéticos preventivos, un proyecto de investigación galardonado en la última edición de los Premios Nacionales de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Sus responsables lo catalogan como la puerta hacia el "futuro" de los tratamientos.
Según explican desde el citado centro, el procedimiento permite ofrecer la máxima seguridad y eficacia. Gracias a sus resultados, es posible ajustar la dosis en función de las características del paciente y afinar en la curación, minimizando riesgos.
La información quedaría en la historia clínica del paciente. De esta manera, a la hora de aplicar un tratamiento, los médicos pueden decidir "sobre seguro", al conocer con exactitud el fármaco que actúa mejor sobre el paciente, sin necesidad de ensayos previos.
Los cribados farmacogenéticos son la técnica que permite a los farmacéuticos conocer cómo los pacientes metabolizan los fármacos en sangre a través del estudio de sus genes, ya que “no todo el mundo los elimina igual”, tal como apunta Laura Amaro, una de las reponsables de este proyecto junto a Alejandro Martínez y Jaime Cordero.
“Conociendo esto, intentamos ajustar mejor la pauta. Al que los elimine mal, le vamos a dar menos dosis para que no se acumulen. Al que metabolice bien, le vamos a dar más dosis para que no se quede sin fármaco”, explica.
Realización preventiva
El procedimiento se aplica todavía en pocos hospitales en España. La principal novedad que ha aportado el Hospital Virgen Macarena es su realización preventiva. Así se adelantan para elegir el tratamiento y la dosis correcta en lugar de actuar a posteriori.
De esta manera, tal como explica Laura Amaro, se hace “un cribado de cierta cantidad de genes para tener la información de muchísimos fármacos y así a la hora de que un paciente inicie un tratamiento, ya tener esa información para darle la dosis más adecuada”.
Esta facultativa cuenta que “normalmente” no se hacen estos cribados como tal, sino que el médico pide el gen concreto del fármaco antes de aplicar el tratamiento. El procedimiento aplicado por el Hospital Virgen Macarena es diferente.
“Queríamos hacer un panel de 14 biomarcadores para cubrir muchísimos más fármacos y tener toda la información de cara al futuro para actuar muchísimo más rápido”, detalla sobre un proyecto del que ya se han beneficiado cien personas. Los resultados ya han quedado guardados en la historia clínica, incluyendo todas las recomendaciones de ajustes de dosis.
La idea de los responsables es seguir trabajando con estos cribados farmacogenéticos preventivos para conocer las características genéticas de todos los pacientes que lo necesiten en el futuro.
Amplia gama de enfermedades
“Es una forma de ofrecer más seguridad. Al realizar esta prueba previamente, se evita que haya una ineficacia y se retrase la curación de una enfermedad. Con esto vamos a lo seguro”, asegura.
Los cribados farmacogenéticos se pueden aplicar para una amplia gama de enfermedades, sobre todo para las que presentan “evidencias sólidas”. En ellas es posible hacer una recomendación de ajuste de dosis “segura”.
Amaro destaca el caso de las infecciones fúngicas graves. “Si el paciente lo elimina en sangre rápidamente, estás corriendo un riesgo muy grave. Al tener ya esa información, se puede ajustar mejor", puntualiza.
Por el momento, este procedimiento ya ha permitido seleccionar el tratamiento farmacólogico más adecuado para infecciones, problemas psiquiátricos, patologías cardiovasculares y oncológicas. Abarca todo tipo de fármacos, desde aquellos recetados para enfermedades más comunes como el omeprazol o el ibuprofeno como para otras más graves como los quimioterápicos.
"Vienen para quedarse"
Es una novedosa forma de dar soporte a la decisión clínica, permitiendo individualizar tratamientos con celeridad gracias a la información guardada en el historial clínico del paciente, donde estarán disponibles todas las recomendaciones de ajustes de dosis.
Los cribados farmacogenéticos han venido “para quedarse”, o al menos eso espera Laura Amaro. “No hay muchos sitios que lo tengan implantado, sobre todo de manera preventiva, pero es el futuro. Ha demostrado tener muchos beneficios para el paciente”, asegura una de las responsables de este proyecto, que abre nuevas puertas para reforzar la seguridad de los tratamientos.