Taxis en una imagen de archivo

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Sevilla

El testimonio de una víctima de la "mafia" del taxi en Sevilla: "Reventaron mi coche; el que habla o señala, cae primero"

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El duro golpe que la Policía Nacional propinó este jueves a la "mafia" del taxi en Sevilla podría acabar con años de conflicto en el gremio. Este grupo  de taxistas, pertenecientes todos a la Asociación Hispalense Solidaridad del Taxi, venía monopolizando el servicio en el aeropuerto mediante "coacciones" y "amenazas".

Según han confirmado fuentes de la investigación, entre los 18 detenidos de la operación policial se encuentra el presidente de la asociación y toda su junta directiva. 

Unas detenciones que se suman a otras que se han sucedido a lo largo de los últimos años, aunque las prácticas ilegales de sus miembros nunca cesaron.

"Como te volvamos a ver por aquí, te reventamos el coche". Esta es una de las posibles amenazas que pueden recibir a diario los taxistas o conductores de VTC que se aventuran a recoger clientes en la citada zona del aeropuerto de Sevilla

Algunas de ellas se cumplen, sobre todo si el afectado insiste en volver por allí para hacer su trabajo. Es lo que le sucedió a Víctor -nombre ficticio-, una de las víctimas más sonadas de la denominada "mafia" del taxi, que hace siete años descubrió su coche totalmente destrozado tras un encontronazo similar. 

"Yo me levanté una mañana, me asomé a la puerta de la calle y mi coche estaba reventado completamente. Como si le hubiese atropellado un tren", cuenta este taxista en conversación con EL ESPAÑOL de Sevilla. 

"Como volvamos a verte por aquí, tu sabrás el amor que tienes por tu coche". Esas son las "palabras textuales" que el taxista miembro de la asociación delictiva le dedicó pocos meses antes del destrozo. "Creo que es uno de los que han detenido", afirma. 

Una estructura "bien montada"

Ocurrió, cuenta, porque él siguió yendo a recoger clientes al aeropuerto. "Si te acobardas y no vuelves, no te pasa nada, pero si sigues te vas encontrando con cosas como esta". 

Aunque Víctor no acierta a precisar los años que lleva dándose esta situación, asegura que él cumple doce años en el sector y que la mafia que integra esta asociación es una estructura "súper bien montada".

Este artículo oculta el nombre de esta víctima, de hecho, para evitar represalias. Aunque, como se ha demostrado en su propio relato, se trata de un conductor de taxi que no les tiene miedo. "Yo no tengo ningún problema en hablar", afirma. En su momento denunció el incidente a las autoridades.

"Prueba" de iniciación

"Los malotes, como nosotros los llamamos, son los que amenazan", cuenta. "Pero para hacer los destrozos envían a otra gente" y así "tener la coartada de que esa misma noche estaban, por ejemplo, en un hotel de Murcia".

Los cabecillas los llaman "sus perrillos". Éstos suelen ser "los que han entrado en la asociación hace poco", y ejecutan lo que se les ordena "para ganar puntos". 

Tal es la solidez de esta estructura, que incluso tiene una especia de "prueba" para saber si pueden aceptar a la persona que solicita entrar a la asociación. "Te dicen, oye, si quieres ser parte tienes que ir a tal coche y rajarle las cuatro ruedas", asegura.

Si se niega, no es aceptado. Y si ya está dentro incluso "pueden echarlo". También los hay con más suerte y que han entrado "porque su padre forma parte". A esos no los obligan a hacer esa prueba. 

A pesar de todo, hay quienes deciden salir de la asociación. "Pero con la boquita cerrada", apunta esta víctima. "El que habla o señala es el primero en caer". De hecho, Víctor conoce a uno de los que se arrepintió de haber entrado, aunque asegura que "ese no va a hablar". 

Se "hace mucho dinero"

Hay que tener en cuenta, señala, que "se hace mucho dinero" una vez que se entra en esta mafia. "Por eso la gente se mata por ir allí", y si tienen que reventarle las ruedas o "romper los cristales" a alguien "que no conocen de nada", lo hacen. 

Todo porque son capaces de "hacer el doble de dinero" de lo que generarían si no estuviesen dentro. Por ese motivo, y según la situación de cada taxista, "conviene estar" en la asociación.

También es una "estafa"

No obstante, esa rentabilidad tiene un motivo muy simple: los precios se pactan y se "tima" a los clientes. "Si un 'guiri' llega al aeropuerto, no sabe si venir a Sevilla en taxi vale veinticinco euros -precio real- o cincuenta", explica Víctor. 

Él mismo sabe "de gente a la que le han cobrado veinticinco euros por persona" que viajaba en el taxi. Si se montan tres personas, "el taxista se llevaba setenta y cinco euros". 

En realidad, el viaje que va del aeropuerto hasta cualquier zona de la ciudad tiene unas tasas fijas de menos de treinta euros.

Es un problema, el de esta mafia, "muy visible", ya que el "80 por ciento de las carreras de allí son de cobro abusivo", afirma Víctor.

La Asociación Hispalense Solidaridad del Taxi es un grupo, en definitiva, que "no defiende al sector", sino "a ellos mismos y lo que les interesa". Sobre todo, en lo que respecta a la zona del aeropuerto de Sevilla. En otras zonas, "no se meten". Pero siempre con una única condición: "El aeropuerto no me lo toques".