Gracias, Ernest Urtasun. Porque lo que no te mata, te hace más fuerte. Tras su anuncio de eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia, creado por cierto por el partido con el que gobiernan, la unión de millones de españoles aficionados y zarandeados volvió a demostrar que no son una minoría de este país.
En cualquier caso, usted como ministro debe gobernar para los más de 47 millones de españoles y no solo para los tres millones que votaron a su partido, de los 37 que tenían derecho a voto el pasado mes de julio. Que hablando de minorías, ahí dejo el dato.
Mirando su historial político tampoco es de extrañar su forma de gobernar. Participó activamente en dar la estocada final a la tauromaquia en Cataluña. Y a pesar de que el Tribunal Constitucional sentenció contra la prohibición, lo cierto es que la empresa Balañá, propietaria de la Monumental, no ha abierto sus puertas al considerar que no se dan las circunstancias políticas, sociales y económicas para ello. Léase también otros intereses empresariales.
Por tanto, lo que usted nunca debe hacer, como ministro ni como representante político, es incumplir la ley. La aprobada en 2013, que da la Fiesta de los toros el carácter de Patrimonio Cultural, recoge que "es competencia de la Administración General del Estado garantizar la conservación y promoción de la tauromaquia".
Cuestión que usted no está haciendo, sino todo lo contrario, demostrando también el poco cariño que le tiene a este animal en concreto porque sin corridas de toros, estará destinado a la extinción.
También ahora entiendo su sonrisa y su aplauso cuando entregó a los representantes de la ganadería de Miura la Medalla de las Bellas Artes, delante de los Reyes de España. Sabía que iba a ser la última que se le dedicaría al sector, al menos mientras sigan gobernando.
Y otra cuestión que tampoco debería hacer un ministro es dividir a los españoles. Ya no sólo entre rojos y azules, sino entre aficionados y antitaurinos, sobre todo porque la tauromaquia no tiene ideología. Quizás ese haya sido su secreto para seguir estando viva.
Pero también es llamativo el momento elegido para este anuncio, en plena campaña catalana cuando Sumar necesita encontrar su hueco, o más bien algo de foco y elevar su dedo índice para gritar desde el tendido: "¡Ey, estamos aquí!". A estas horas en una semana se abrirán las urnas en la comunidad, precisamente de donde es el ministro, y necesita puntos... o más bien votos.
No obstante, también es contradictoria la fecha. En unos días Las Ventas verá sus tendidos a rebosar con más de 23.000 personas. Acaso ¿estos miles de ciudadanos no tienen cultura?, como dijo ayer a este periódico un de los grandes de la tauromaquia, Paco Ojeda, Primer Premio Nacional de Tauromaquia, por cierto.
En cualquier caso, usted dejará de ser ministro, pero la tauromaquia permanecerá y el derecho a decidir llevar a mis hijos a una plaza de toros, por lo que se reportan, por cierto, 130 millones de euros de IVA a las arcas de las que usted cobra.
Por tanto, estoy convencida de que la mella por la retirada de este premio será minúscula. Me atrevo a decir que nos ha venido hasta bien a modo de zarandeo. Además, ¿será por premios? Ahora habrá más que nunca pues muchas comunidades, incluidas del partido con el que gobiernan, van a instaurar nuevos galardones.
Así que muchas gracias por despertar a los gobiernos autonómicos en este sentido también y a los aficionados para que sigan yendo a las plazas ejerciendo su derecho a la libertad, ese que tanto aclaman desde su partido.
Sé que la cruzada no va a parar, ni mucho menos, pero ya con este primer paso podría ser merecedor del trono del toreo, tan disputado este año en la Maestranza de Sevilla. Y ¿sabe por qué? Porque, como dije al principio, lo que no te mata te hace más fuerte. Por todo ello, gracias, señor Urtasun.