La vida puede dar un giro radical en el momento más inesperado. Es lo que le sucedió a Ana María, una joven de Valencina de la Concepción (Sevilla) de 33 años. Un accidente doméstico estuvo a un paso de causarle la muerte y perdió casi toda su movilidad. Aunque ya nada volverá a ser como antes, la Ambulancia del Deseo le ha permitido volver a su playa favorita en Vejer de la Frontera este verano.
Se trata de una fundación que pretende cumplir los deseos de aquellos pacientes que tienen una enfermedad grave, incurable o que han pasado mucho tiempo en cama. Todas las iniciativas son desarrolladas por voluntarios. A ella se han acogido los sanitarios del Hospital Virgen del Rocío para satisfacer los sueños de sus pacientes.
Una de las primeras en acceder al programa ha sido Ana María. Tal como revela Manuela, su madre, "ella estaba en casa de un familiar y se salió al patio porque no se encontraba bien". A continuación se fue al baño, donde se cayó y se estrelló la cabeza con el bidé. "Nos dijeron que no saldría de esta, pero en el Virgen del Rocío la operaron y pudieron salvarla", relata.
Pasó ocho meses ingresada en el Hospital Virgen del Rocío. En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) estuvo 47 días. Tal como cuenta su progenitora, durante su periodo en el hospital apenas podía comunicarse a susurros.
De esta forma, le plantearon la posibilidad de ir a la playa en verano. La familia siempre veraneó en Matalascañas, pero ella solo soñaba con ir a Vejer de la Frontera.
"Le preguntábamos si a Matalascañas o a Vejer y ella siempre decía que Vejer", cuenta su madre. Era en playas como las de El Palmar o Bolonia donde Ana María siempre había sido feliz junto a su prima. Ahora, de un modo muy diferente, surgía la oportunidad de regresar.
La familia trasladó el deseo de la joven al equipo de la unidad de Lesionados Medulares del Hospital de Rehabilitación y Traumatología. La doctora Inmaculada Díaz Cano y la enfermera Auxi Gallego se encargaron de contactar con la Fundación Ambulancia del Deseo, con la que recientemente el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha suscrito un acuerdo.
Junto a catorce familiares
A partir de ahí, los voluntarios trazaron el plan en coordinación con los profesionales médicos y los familiares. El deseo se concretó el pasado 10 de julio. Ana María, ya en casa, se desplazó en una ambulancia medicalizada. A su lado estuvieron catorce familiares, tres voluntarios de la Ambulancia del Deseo y cuatro sanitarios del Virgen del Rocío.
"Fue un día estupendo. Ella se dio cuenta perfectamente de dónde estaba y todo estuvo muy coordinado. No tengo palabras para describirlo", señala su madre.
Ana María volvió a la playa e incluso pudo bañarse en el mar en una silla anfibio. Manuela explica que la experiencia no solo fue positiva en el terreno emocional, sino que también fue beneficiosa para los progresos de su hija.
Después de pasar ocho meses en la UCI, pasa mucho tiempo dormida. Los profesionales médicos recomiendan la estimulación a través de "experiencias" del pasado que haya experimentado de forma intensa. Así, la memoria, puede "reactivarse".
"Cuando llegamos a Vejer en la ambulancia medicalizada, abrió los ojos y no los cerró hasta la vuelta", revela la madre de Ana María. Antes, no creía que fuera posible. "No lo olvidaré y mi hija tampoco", sentencia.
No quiso perderse la experiencia Auxi Gallego, una de las enfermeras que más tiempo ha pasado con Ana María en la Unidad de Lesionados Medulares del Virgen del Rocío. También se desplazaron otros tres profesionales del hospital. "Es una historia de lucha y superación. Son una familia ejemplar. Han pasado muchísimo y cada día nos daban una lección de vida", confiesa.
Esta sanitaria, una de las encargadas de tramitar la petición a la Fundación Ambulancia del Deseo, pone en valor el trabajo de estos voluntarios. "Se dejó todo muy cerrado para que el paciente fuera con la mayor seguridad posible".
Auxi forma parte de la Comisión de Humanización del Hospital Virgen del Rocío, en la que se llevan a cabo diversas estrategias para favorecer la felicidad del paciente en sus momentos más difíciles. Entre ellas está el diseño de estructuras y espacios acogedores, así como el acompañamiento 24 horas en UCI.
A través del convenio fimado entre el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y la Fundación Ambulancia del Deseo, han podido satisfacer el deseo de esta valencinera. No es un caso único, también han llevado a la playa a un paciente de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Muñoz Cariñanos. En su caso, partió directamente desde el hospital.
Un plan muy coordinado
El traslado de Ana María a Vejer de la Frontera no fue sencillo, tal como lo explica Sandra Granero, una de las responsables de esta organización en Andalucía. No obstante, la colaboración de todos los estamentos lo hizo posible
El primer paso fue ponerse en contacto con la familia para establecer la ruta. También era necesario valorar junto a los profesionales del hospital las condiciones necesarias para el traslado y la estancia. Se trataba de "coger el relevo" y hacer una extensión de los cuidados.
El día indicado la recogieron en su casa, "entre aplausos de la familia". Ya en Vejer de la Frontera, repleto de calles empedradas y cuestas, hubo que trazar un plan para que Ana María estuviera siempre cómoda y atendida. La Policía Local de Vejer escoltó la expedición con un coche y dos voluntarios. Habilitaron zonas para aparcar la ambulancia medicalizada.
Luego en El Palmar, Protección Civil estaba avisada para la cesión de la silla anfibio que permitió a Ana María bañarse. También había socorristas atentos para atender a todas las necesidades.
El equipo de la Ambulancia del Deseo, compuesto por tres voluntarios, iba preparado ante todas las complicaciones que pudieran surgir. Sin embargo, Ana María no experimentó ningún problema. Pasó la mayor parte del tiempo con los ojos abiertos y entre sonrisas.
Suele ser habitual, tal como apunta Sandra por su experiencia. "La gente no suele necesitar tanta medicación como requerirían en el hospital o en casa. Es la ilusión", apunta.
Ver el mar, entre los deseos habituales
La Fundación Ambulancia del Deseo apenas lleva un año operando en Andalucía. En España comenzó hace siete años, con sedes en Asturias y Murcia. Se inspira en la Fundación Último Deseo, que surgió en Países Bajos, más focalizada en pacientes terminales, cuyas peticiones también pretenden satisfacer en nuestro país.
Sandra incide en que "en España no está normalizada la muerte". "En el norte de Europa es muy común ver personas en camillas y parques. Hay que normalizar la situación de personas que no tienen otra forma de cumplir un deseo", subraya.
En Andalucía están operativos desde el pasado diciembre, cuando recibieron la donación de una ambulancia medicalizada, cuyos permisos caducan en octubre. A partir de esa fecha esperan otra donación para seguir desarrollando su labor. Hasta ahora han cumplido diez deseos no hospitalarios. En otras cuatro ocasiones han recogido a los pacientes del propio hospital.
Ir a ver el mar, a la boda de sus hijos o al pueblo donde se criaron suelen ser los principales deseos de estas personas. "Son cosas que parecen nimias, pero son necesidades vitales", zanja Sandra. Esta voluntaria asegura que siempre queda una "resaca emocional" muy positiva en los pacientes y en sus familias.