
Alergia primaveral
Las lluvias y el sol provocan una alerta por altos niveles de polen en este municipio de Sevilla
Aunque lo más común es presentar alergia por la gramínea, en esta ocasión, el aviso rojo está causado por otro tipo de arbusto.
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Con la llegada de la primavera, Sevilla se llena de vida: los días se alargan, las temperaturas suben y los parques y jardines estallan en color. Sin embargo, para miles de sevillanos, esta estación también marca el inicio de una época difícil debido a las alergias.
De esta forma, sin faltar a su cita con la primavera, altos niveles de polen han inundado Sevilla, potenciando síntomas como estornudos, picor de ojos y dificultad respiratoria en los casos más graves.
Así se muestra en la información publicada en la web del Hospital Universitario Virgen Macarena, que ha creado un espacio para la difusión de datos ambientales relevantes para las personas alérgicas.
Tanto es así que, durante la jornada del miércoles, la zona de Dos Hermanas registró una concentración de polen de cupresáceas de 440 granos por metro cúbico.
El umbral de alerta para este tipo de polen se establece en 135 granos, lo que significa que la cantidad registrada supera en un 226 por ciento el nivel considerado como alta concentración.
Esta familia de árboles y arbustos engloba a especies como cipreses, enebros o secuoyas, muy abundantes en los alrededores del municipio sevillano. Estas plantas no solo germinan con la llegada de la primavera, sino que en el caso de las secuoyas, precisan de suelos húmedos para su correcta germinación, algo que ha sido posible gracias a las abundantes lluvias de estas semanas.
Síntomas
El polen de las cupresáceas es un alérgeno potente y puede provocar síntomas similares a los de otras alergias primaverales. Entre ellos, uno de los más comunes es la rinitis alérgica, que viene acompañada de estornudos, secreción nasal acuosa, congestión y picor en la nariz.
También puede producir conjuntivitis alérgica, cuyos síntomas más evidentes serían ojos rojos, lagrimeo, picor y sensación de arena en los ojos.
La tos seca y persistente provocada por la irritación de las vías respiratorias también es una de las consecuencias que puede acarrear sufrir alergia al polen de las cupresáceas, así como, en casos más extremos, dificultad para respirar y opresión en el pecho, especialmente en personas asmáticas.
Otros síntomas que se asocian a este tipo de alergia son el picor en el paladar, garganta o incluso en los oídos.
Evitar la exposición
Para aliviar los síntomas de la alergia al polen, es fundamental reducir la exposición tanto como sea posible, así como consultar los niveles de polen diariamente para poder planificar mejor las actividades al aire libre, evitando salir en los momentos de mayor concentración, como por la mañana y al atardecer.
En casa y en el coche es recomendable mantener las ventanas cerradas para evitar que el polen acceda a estos espacios cerrados y se concentre aún más.
Además, los especialistas recomiendan el uso de gafas de sol para proteger los ojos. Asimismo, y aunque la población ya se haya olvidado de ellas, el uso de mascarillas ayuda a reducir la inhalación de partículas alergénicas en días especialmente complicados.
Otra recomendación clave es cambiarse de ropa y ducharse al llegar a casa, ya que el polen se adhiere fácilmente al cabello y a la ropa. También es importante secar la ropa dentro de casa, pues tenderla al aire libre puede hacer que se impregne de polen.
Finalmente, y más allá de acudir al especialista para que recete al paciente el medicamento más adecuado, es crucial mantener la limpieza del hogar, especialmente usando aspiradoras y evitando alfombras y cortinas pesadas que acumulen partículas.