La borrasca Nelson no frenó a El Buen Fin, que estrenó su nuevo misterio en la calle, ni a El Carmen Doloroso. Ambas se vieron sorprendidas por la lluvia y tomaron decisiones dispares. La cofradía franciscana se quedó en la Catedral; la de la calle Feria optó por regresar a su templo. Fueron las únicas cofradías en salir.
Por la mañana, La Sed y San Bernardo se quedaron en sus templos. El Baratillo, La Lanzada, Los Panaderos, Las Siete Palabras y El Cristo de Burgos decidieron no salir por la tarde, esta última con más de cinco horas de antelación.
El Carmen Doloroso y El Buen Fin se encontraron con varias lluvias consistentes a lo largo de su camino. La primera de ellas alrededor de las cinco de la tarde. Pese a ello, siguieron hacia adelante en busca de la Catedral.
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En ese momento, la cofradía de Omnium Sanctorum estaba en Sierpes, donde se le puso un capote al Cristo de la Paz. Le acompañaría hasta su entrada. El Buen Fin acababa de pedir la venia en Campana.
Más tarde, sobre las seis volvió a caer agua con fuerza, justo cuando se aproximaban a la Catedral. Ahí separaron sus caminos. El Buen Fin decidió quedarse en la Catedral y estudiará cuándo regresar. No es una decisión fácil, debido a la meteorología y los oficios de la Catedral.
Pretendía recogerse antes de las 22 horas. A esa hora esperaban un frente más importante, pero los chubascos durante su recorrido fueron más consistentes de lo esperado y optaron por suspender estación de penitencia.
Mientras, El Carmen Doloroso siguió hacia adelante a un ritmo acelerado, formando filas de hasta cuatro nazarenos a la salida de la Catedral. Le cayeron chubascos de manera constante, en algunos momentos con bastante intensidad. Llegó al completo a su templo sobre las 21, con mucha agua caída sobre las imágenes.
El camino de estas hermandades fue radicalmente diferente de El Cristo de Burgos. Anunció la decisión con más de cinco horas de antelación, sobre las 15:30, algo insólito. Ni siquiera los hermanos tendrían que vestirse de nazarenos para acudir a San Pedro. Debía salir a las 21.
"Se ha tenido en cuenta para tomar esta difícil decisión, además de la falta de seguridad de la ausencia de lluvias, la protección de nuestros amadísimos titulares y el cuidado de nuestro patrimonio y de nuestros hermanos", dijo la hermandad en un comunicado.
Luego, El Baratillo y La Lanzada también anunciaban que no saldrían. El Miércoles Santo se quedó más cojo cuando a partir de las ocho de la tarde, Los Panaderos y Las Siete Palabras también optaron por quedarse en la calle Orfila.
Todas estas cofradías debían recogerse bastante más tarde de las 22, justo cuando debían caer las precipitaciones más importantes, según los partes.
Cambio de rumbo
El Buen Fin cambió el rumbo del Miércoles Santo. Fue la primera en atreverse. Su hermano mayor, Juan Antonio Díaz Rico, informaba de la existencia de una "tregua desde las tres hasta las diez de la noche".
"Tenemos que hacer una estación de penitencia lo más rápida posible. A las diez se espera un frente muy importante", decía. La idea era estar en San Antonio Padua antes de esa hora. Para ello tenían que acelerar la marcha, pero se quedaron a medias.
A su misterio, el gran estreno de la Semana Santa, le cayeron grandes cantidades de agua por el camino. Obra de Darío Fernández, representa el momento en el que José de Arimatea entrega a un centurión romano el permiso obtenido para bajar a Cristo de la cruz.
Nada más conocer que saldría, los más rápidos llenaron la calle en muy pocos minutos. Fueron los primeros en quedar deslumbrados con la nueva composición del paso. Aun con más figuras, sigue conformando un binomio perfecto con la Centuria Macarena. Tampoco defraudó la Virgen de la Palma, con sus bambalinas recién restauradas.
La primera en decidir que salía fue el Buen Fin. El Carmen Doloroso lo anunció después, pero puso su cortejo en la calle antes. A eso de las 15:25 salió la Cruz de Guía, 25 minutos más tarde de la hora prevista.
Antes, el público esperaba en Omnium Sanctorum mientras llovía. El primer claro sirvió para abrir las puertas. El misterio irrumpió en la calle Feria con su andar característico, un cielo cubierto y muchos aplausos de la gente, que no esperaba ver pasos en la calle este Miércoles Santo. Lo mismo sucedió con la Virgen del Carmen, que cada año va creciendo.
Una jornada marcada por la borrasca
Nelson es el nombre propio que más se repitió este Miércoles Santo en Sevilla. Así se llama la borrasca que rompió la jornada. Empezaba con el recuerdo de un Martes Santo cercano a la plenitud, con cinco cofradías en la calle y muy gélido.
Además de la amenaza de lluvia, había un nuevo aviso de vientos de hasta 70 kilómetros por hora. De hecho, el Ayuntamiento ordenó el cierre de los parques de la ciudad ante "el nivel amarillo por fuertes rachas de hasta 70 kilómetros por hora". Este factor se dejó notar durante toda la tarde.
Mañana imposible
Durante la mañana solo cayeron unas gotas intermitentes. Sin embargo, la distancia que separa a La Sed del centro fue un factor clave en la decisión de la hermandad.
En esa misma circunstancia se encontraba San Bernardo, que iba a poner a 2.400 nazarenos en la calle, muchos de ellos niños. Su hermano mayor, Javier Gómez, decía que los partes no ofrecían garantías para hacer "una estación de penitencia digna".
Además, poco antes de las 14:15, la hora oficial de su salida, empezaban a caer las primeras lluvias de entidad de la jornada. El resto de cofradías del Miércoles Santo residían en el centro, con más opciones para resguardarse. Pero Solo El Buen Fin y el Carmen Doloroso se atrevieron.
Último parte de la AEMET
El último parte meteorológico de la AEMET era muy contundente. Un 80 por ciento de probabilidad de lluvia entre las 18 y las 22, que ascendería hasta el 90 por ciento desde las 22 hasta las 3.
Así, la mayoría de cofradías optaron por no arriesgar su patrimonio. Pasadas las seis de la tarde solo El Carmen Doloroso se encontraba en la calle, tratando de acelerar la marcha para llegar cuanto antes a su templo. Logró recogerse al completo a las 21, con tres horas de antelación.
En cualquier caso, de este Miércoles Santo quedará para el recuerdo el estreno bajo la lluvia del nuevo misterio de El Buen Fin, cuyos pasos se han quedado en la Catedral a la espera de regresar a San Antonio de Padua.