Sevilla

Bajo el refugio de Esperanza Fernández, la 'Casa de los Fernández' llegaba al festival flamenco Mont de Marsan con las expectativas altas. Iban con algo de miedo, ya que hace poco murió el patriarca de la saga, Curro Fernández. Les costó organizarse y "tocó tirar de orgullo y duende", señala David, el más pequeño de la familia, que también cantó en Francia.

El de Triana, quien dejara al mundo del flamenco hace menos de un mes, había escrito unos poemas al festival como siempre hacía. Los recitó su hija Esperanza durante la actuación en Francia y conmovieron a los allí presentes: "Las aguas mansas y silenciosas navegan por el Guadalquivir. Entre orilla y orilla, no sabe cómo elegir, el puente la está mirando con sus luces engalanadas susurrando: ¿qué está pasando en Triana?, que se han despertado los duendes, de una familia trianera, la familia Fernández".

"El aura fue especial, hubo magia, se notó que estuvo mi abuelo con nosotros", asegura David, el más joven de la saga de los Fernández que por primera vez viajó con su familia para este festival.

Figuras de la envergadura de Tomatito, María Pagés o Dorantes también se dieron cita y demostraron su arte a los aficionados franceses, que según el precoz cantaor "dijeron los oles a tiempo y eso me sorprendió ya que hoy en día es cada vez más difícil de encontrar".

El espectáculo de la familia Fernández empezó con unas palabras de Esperanza -Medalla de Oro de la provincia de Sevilla y ganadora de la Bienal de Flamenco, entre otros méritos- en el que citó uno de los poemas de su padre. Después, David Fernández junto a su primo, el cantaor Ismael 'El Bola', se arrancaron por bulerías.

Soleás y bulerías

Entre soleás y bulerías, David cautivó a los franceses, que "explotaban de alegría y se levantaban de las butacas", asegura el joven. Además, añade, se enamoraron con los tangos de Triana de Esperanza Fernández. Para terminar, dos solos de guitarra de Miguel Ángel Cortés y Juan Anguita, que estuvieron a la altura de la familia.

Mont de Marsan, en el número de la 'Casa de los Fernández' también pudo disfrutar del baile de Concha Vargas -tía de la familia y estrella del baile flamenco- y de las habilidosas manos de Miguel Fernández a la percusión, hermano mayor de David.

El cante de David caló en los aficionados, asegura. "Ya no se puede cantar con más sentimiento", señala que le comentaron.

Tras esta nueva experiencia en su carrera, el nieto de Curro confía en poder volver a Francia, esta vez como solista para así seguir ensanchando el apellido de su familia en el flamenco.