Sevilla

Sevilla es una de las mejores ciudades de España para ir de tapas. Es una realidad que confirman los casi 5.000 bares que se distribuyen por todos sus barrios. En cada uno de ellos hay negocios de calidad en los que, además, los precios son asequibles.

No hay establecimientos hosteleros en todas las calles, pero sí hay algunas que se caracterizan por su variada oferta. Se puede pasar el día entero en ellas, almorzar, tomar una copa o merendar y cenar. Y siempre cambiando de locales.

Hay arterias así en el Centro, en Nervión, en Triana, en la Buhaira, también en barrios del extrarradio como San Pablo o Sevilla Este. Sevilla es una ciudad gastronómica de punta a punta.

En cualquier caso, hay una que está por encima de todas ellas. Es Mateos Gago, cuya ubicación es inmejorable, a los pies de la Giralda. Se contempla desde todos sus puntos. Probablemente, tiene las mejores vistas de la ciudad. Desde hace unos años es también peatonal, por lo que el tránsito es muy cómodo.

Es una calle particular, ya que tiene forma de 'L'. Parte de la Plaza Virgen de los Reyes, por donde se entra a la Catedral y presenta un giro a la izquierda. Termina en la Casa Fabiola, que alberga una de las colecciones de arte más interesantes de la ciudad. En esa parte está la Iglesia de Santa Cruz, cofradía que procesionan el Martes Santo por Sevilla.

Si quieres ir de tapas, no hay un mejor destino posible. En esta calle están algunos de los bares más representativos de la ciudad, como la Bodega Santa Cruz, que todo el mundo conoce como Las Columnas

La terraza de la Bodega Santa Cruz Las Columnas. E. E. Sevilla

Es una taberna clásica, ideal para probar las tapas más típicas de la ciudad y disfrutar de la cerveza helada. Tiene poco espacio para sentarse. La mayoría se detiene en la barra o en sus mesas altas de fuera.

Otro de los sitios imprescindibles es la Taberna Alvaro Peregil La Goleta, en la que muchos aprovechan para tomar el aperitivo. Es especialista en vinos, pero también tiene un buen repertorio de montaditos y tapas tradicionales.

Mateos Gago es una calle con mucha historia. La prueba es la Cervecería Giralda, en cuyo interior se conserva un baño árabe del siglo XII. Cenar en su interior es una experiencia difícil de igualar, aunque, por supuesto, destaca por su cocina. Tiene una de las mejores carrilladas de Sevilla.

A la vuelta de la esquina, pero siempre dentro de la misma calle está La Fresquita, otro de los sitios que conserva las esencias de la ciudad. Es un bar de ambiente cofrade que tira la cerveza con maestría y ofrece vinos de calidad. Sus tapas no le van a la zaga. Además de montaditos, hay guisos como la carne con tomate, el menudo o la sangre encebollada.

Para todos los gustos

La oferta no se queda aquí. Está la Taberna Belmonte, La Sacristía, Casa Tomate, el Bar Catedral, el Patanchón. Cuenta también con un establecimiento de El Patio de San Eloy, la cadena hostelera más tradicional de Sevilla.

Además, también hay un italiano como L'Oca Giuliva y el restaurante La Azotea, apropiado para aquellos que busquen una experiencia más gourmet.
Es probable que en la ciudad no haya una oferta de bares tan variada en una sola calle como la de Mateos Gago. La Giralda pone la guinda. Desde sus veladores es muy difícil perder de vista al monumento más icónico de Sevilla.