Cuando llega el buen tiempo es el momento de planear escapadas y vacaciones. Y la gastronomía es una de las cuestiones que siempre se tienen en cuenta a la hora de viajar. Córdoba tiene de todo en este sentido: platos únicos como el salmorejo, flamenquín, mazamorra, alcachofas, ajoblanco...
La provincia cordobesa es una de las zonas de España donde mejor se come y, además, tiene joyas escondidas como restaurantes recomendados por la Guía Michelin donde se puede comer por menos de 40 euros.
Pero, aunque casi cualquier pueblo de Córdoba es bueno para hacer una parada gastronómica, hay uno donde uno se puede deleitar con paisajes de Los Pedroches y luego dar un paseo por sus calles de casas blancas. Donde hay restaurantes de lujo y también bares auténticos.
No es ni Lucena ni Puente Genil, aunque ambas podrían serlo gracias a la calidad de su oferta culinaria. Pero el pueblo de Córdoba más reconocido por su riqueza gastronómica es Pozoblanco. En el mismo hay una mezcla casi perfecta de tradición y modernidad. A la cabeza de su oferta gastronómica está el restaurante Kàran Bistró.
Este restaurante, que lleva el chef Carlos Fernández, está recomendado por la prestigiosa Guia Michelin. Comer en este lugar puede salir, de media, por unos 35 euros. Un precio más que bueno para una cocina que viene recomendada por una de las guías más conocedoras de lo que es bueno para comer.
Kàran Bistró
Los platos de Kàran Bistró tienen en común los productos locales, que Fernández mima y cuida para hacer de cada uno de ellos una delicia. Carnes y verduras son igualmente buenos. También los postres, donde destaca el gyn tonic en plato o las cerezas torrefactas con oloroso.
Jamón, lomo, queso, solomillos, lechones o chuletas de vaca. Sus productos hacen de la cocina del Kàran Bistró una delicia.
Pero Pozoblanco es más que Kàran Bistró. Se trata del pueblo de interior de Córdoba más reconocido por su riqueza gastronómica porque, además de ese restaurante, tiene locales tradicionales donde comer los mejores platos de la zona. Y a muy bien precio.
Allí está, por ejemplo, Restobar, un lugar donde se mezclan sabores a priori imposibles, pero que son una delicia. Es el caso de su ensaladilla con gambas de cristal o el brioche de anchoas con mantequilla o la tradicional mazamorra.
Bar del mercado
Un truco para Pozoblanco: comer en el bar del mercado. Es un sitio honesto, sencillo y amable con una carta clásica, sin innovaciones. Pero todo lo que sirven está rico y los precios son imbatibles. Sus carnes, sobre todo, tienen fama en la localidad.
Otro sitio local donde comer platos básicos, pero bien hechos: el Come y bebe. Este bar, cerca del hospital, es un clásico local de barrio, sin pretensiones. Pero sirven con amabilidad comida rica y con precios sin competencia.
La Casa del Jamón es otra cosa. En este restaurante, como se puede entender por su nombre, prima el jamón de Los Pedroches y las carnes. Tienen un comedor pero, ahora que hay buen tiempo, cuentan con una amplia terraza dentro de un parque, ideal para bajar el termómetro unos grados.
Tienen carne y jamón de la más alta calidad y a precios estupendos. Pero también sirven un pescado buenísimo. Es el caso de las sepias y los chipirones. El salmorejo es también un secreto a voces.
Dos ideas más: La Cepa, un restaurante donde hacen comida casera, sin inventos. Pero donde sirven platos con producto local estupendo. Es el caso de sus carnes de caza, cuando es temporada. Y de cerdo ibérico todo el año. Todo muy apegado a la dehesa.
El Rincón de Juan
Y luego está el Rincón de Juan, donde se puede degustar uno de los platos típicos de la zona: el lechón. Además, cuenta con una gran terraza para los días de verano. Buena materia prima y pocos inventos. Los que llevan a cabo, además, funcionan. Y, como todos los sitios de esta lista, muy bien de precio: la cuenta no suele pasar de 30 euros por persona.
No todo es comer en Pozoblanco. En la localidad, famosa entre muchas otras cosas porque allí murió Francisco Rivera, Paquirri, tiene a un paso las dehesas de los Pedroches, espacio donde pastan las vacas y donde comen unos de los mejores cerdos de España. Su jamón es maravilloso.
Una escapada a Pozoblanco bien merece, además, un paseo por sus calles empedradas. Sus casas blancas hacen que se mantenga el espíritu de hace muchos años y el pueblo es un remanso de paz.
Gracias a esa dehesa de la que presumen en la localidad, Pozoblanco cuenta, además, con un gran campo de golf que está a disposición de quienes quieran jugar un rato. Además, ofrece planes familiares, como la Semana Santa y las muestras que a su alrededor se celebran.
La localidad cuenta, además, con una piscina municipal. Un alivio en verano que, además, está climazada para los meses más fríos. A eso se suman los paseos por la dehesa y los campos cercanos, una oferta de ocio para quien vaya con niños (o no).
Además, Pozoblanco tiene la Romería de la Virgen de la Luna, "una de las manifestaciones religiosas y populares más importantes de toda Andalucía, por tener como escenario un entorno natural privilegiado, por la gastronomía ligada a esta fiesta y, sobre todo, por su historia", señalan desde el Ayuntamiento.