"¿Querías penetrarme? Yo te voy a penetrar ahorita a ti"
En la jungla. Una joven mexicana se convierte en heroína viral al enfrentarse a su acosador, pero la exposición en la Red le pasa factura.
24 mayo, 2016 08:55Noticias relacionadas
El domingo por la noche una joven mexicana fue víctima de tocamientos por parte de un extraño en el metro de Ciudad de México, a la altura de la estación de Pino Suárez. Engrosaba así la triste estadística que indica que el 65% de las usuarias del transporte público de la urbe han sufrido acoso sexual. Pero la reacción de la chica es significativa del nivel de frustración que alcanza el problema. La joven, identificada como Konni Lusz, documentó el incidente en su página de Facebook acompañada de imágenes del agresor ensangrentado.
Según el relato de Konni, caminaba junto a una amiga pasadas las 23.40h por los pasillos de la estación cuando el hombre, al que identifica como Alberto Gómez de 21 años, "estiró su mano y me tocó la pelvis". La joven gritó e intentó retenerlo, pero Gómez huyó. En los torniquetes una mujer policía, destinada precisamente para evitar los abusos sexuales en el Metro, se interpuso, pero el fugitivo la apartó de un empellón. Fue finalmente apresado por dos transeúntes que oyeron los gritos.
Es en este momento cuando ocurre lo que convierte a Konni en una heroína para algunos, y algo diferente para otros. "Le di su merecido" - escribía. "Una putiza [paliza], pues. No voy a disculparme, estaba furiosa". Es la imágenes se puede ver que Gómez presenta un hematoma en la nariz y la sangre le ha salpicado por completo.
Konni subió un vídeo grabado con su móvil en el que insulta y humilla a su acosador. A su alrededor están su amiga y los viajeros que ayudaron a detenerlo, así como la agente. Por momentos intentan aplacar la indignación de la joven, por otros animan a Gómez a "echarle huevos" y admitir lo que ha hecho. Al final aparecen más policías para llevárselo.
"Te vas a acordar de mí. No tienes derecho a tocarme ni a mi ni a ninguna otra"- clama la joven, inasequible a las lágrimas y las disculpas de Gómez. "¿Querías penetrarme? Ahorita te voy a penetrar yo a ti".
"Ni siquiera estás drogado para justificar lo que hiciste" - acusa más adelante. "Me viste de arriba a abajo y estiraste tu pinche mano para hacer lo que hiciste. No lo vas a volver a hacer y de eso me encargo yo".
El agresor, hecho un ovillo, suelta un lastimoso reguero de excusas, que van desde los abusos que sufriera en su infancia a alegar que le han robado. Pero Konni se muestra inflexible. "No me interesa tu pinche vida de mierda. Nada justifica tu agresión".
Ni rastro de Konni en la Red
No es la primera joven que dice 'basta' y acude a la Red para denunciar la impune cultura machista que deja desprotegidas a las mujeres en México. Pero sí que es la primera que hace apología de la violencia contra los acosadores. Su denuncia ha tenido un impacto tremendo. El post había acumulado más de 27.000 compartidos y la historia había sido reseñada en los principales medios, desde El Universal hasta El País.
Sin embargo, en las últimas horas, Konni ha borrado todo rastro de su presencia en la Red. Su perfil de Facebook ha desaparecido. Los comentarios no eran unánimemente elogiosos, muchos usuarios consideraban que se había excedido con respecto a la ofensa. Aunque hay reacciones mucho más graves.
Para una activista contra el acoso sexual, hacer una denuncia que se convierte en viral es convertirse en un objetivo fácil en México. Las amenazas de muerte con los datos obtenidos a partir del perfil en las redes sociales son moneda de uso común.
El pasado marzo, otra joven identificada como Ninde denunciaba en la Red que un hombre había accedido al vagón rosa de metro en el que ella viajaba - reservados a mujeres para evitar el acoso sexual - y se había masturbado sobre ella. Subió incluso el pantalón manchado como prueba. Según denunció a continuación, recibió una oleada de ataques machistas, juzgando por ejemplo que, siendo la prenda ajustada, ella iba provocando.
Andrea Noel, una periodista freelance de nacionalidad estadounidense, fue agredida cuando caminaba por un barrio acomodado de Ciudad de México. Un hombre le levantó la falda y le bajó la ropa interior. Noel consiguió la grabación de una cámara de seguridad para denunciar pero se encontró con la desidia de las autoridades. "Me ha pasado tantas veces que te nalguean, son tantas que el estrés no lo vale; estoy de verdad harta, harta, harta y frustrada", lamentaba entonces.
Cuatro jóvenes identificadas como morras probaron un experimento que se convirtió en viral: caminar por las calles de Ciudad de México con ropa negra ajustada y encararse con los hombres que las piropeaban o insultaban. Se produjeron situaciones inquietantes: un hombre las siguió masturbándose, sin arredrarse ante las amenazas de llamar a la Policía.
Esta clase de impunidad ante los abusos no se puede tomar a la ligera en un país en el que se producen siete asesinatos de mujeres al día. "Lo volveríamos a hacer" - confesaban las morras a EL ESPAÑOL - "pero con más precaución y compañía".