“Jodete que ha ganado el PP” y “vete a tu país” fueron las frases que las dos mujeres que aparecen en la fotografía detrás de Lagarder Danciu repitieron una y otra vez al activista pro derechos humanos.
“Empezaron a gritarme ‘¡fuera! ¡fuera!’ y me decían que me jodiese porque había ganado Rajoy, pero yo estaba allí para denunciar que 50.000 personas sin techo no habían podido votar”, explica Lagarder a EL ESPAÑOL.
“Recuerdo preguntarle a la que lleva la bandera si tenía trabajo. Me dijo que llevaba dos años parada… No entiendo cómo personas en tales circunstancias siguen votando al partido de los recortes y la corrupción”.
No había necesidad de descargar tanta violencia. Pensé ‘de esta no salgo vivo’
No es la primera vez que el activista rumano, gitano, gay y vagabundo por elección propia, increpa al PP por sus “leyes antisociales y degradantes” con las personas en riesgo de exclusión social. Pero su aparición en la fiesta de celebración del partido tras conocerse que habían ganado de nuevo las elecciones, incluso aumentando el número de escaños respecto a las anteriores, no fue nada bien recibida.
¿Quiénes son los malos aquí?
“Cuando salió Mariano Rajoy empezamos a gritar ‘¡mafia! ¡corruptos!’ y entonces Rajoy le hizo el comentario a Cospedal”, nos explica describiéndonos la escena en la que el líder del PP preguntó a su compañera de partido “¿eso qué son? ¿los malos?”.“Si cree que nosotros somos los malos no sé qué puede pensar de él mismo”, comenta Lagarder.
Anoche, el mismo que interrumpió el acto de presentación de las listas del PP en el retiro delante de toda la plana del partido, fue retenido por la policía. “Nos esposaron y nos metieron en un furgón policial. Allí nos quitaron todas nuestras pertenencias y comenzaron a agredirnos e insultarnos. No había necesidad de descargar tanta violencia. Pensé ‘de esta no salgo vivo’”.
Lagarder no dudó en compartir en su cuenta de Twitter algunas de las terribles vejaciones que sufrió por parte de la Policía. Frases como “los rumanos deberíais estar segregados”, “este gitano no tiene pinta da haber trabajado nunca” o el momento en el que, tras advertir a los policías que padece VIH, cogieron su mochila y arrojaron todas sus pastillas retrovirales al suelo fueron solo algunos de los inolvidables momentos de la pasada noche. “Además de gitano el puto rumano tiene SIDA”, recuerda haber escuchado.
“Lo que les jode es que soy una persona con visibilidad y capaz de trasladar el mensaje pro derechos de los sin techo de la mejor manera. Yo vivo en la calle para entender qué es lo que ocurre y estar cerca de los problemas reales de las personas sin hogar. Yo puedo contarlo”, asegura.
Amordazado y maniatado en el colegio electoral
La jornada de ayer resultó de lo más movidita para el activista. Desde primera hora de la mañana se cargó con su pancarta –en la que se podía leer PP mafia. 50.000 sin techo hoy no han votado– con el objetivo de que el presidente en funciones Mariano Rajoy leyese su mensaje.
“Además de gitano el puto rumano tiene SIDA”, le increpó la Policía al advertir que tiene VIH.
Primera parada: el colegio electoral Bernardette de Aravaca en el que le toca votar al Rajoy. “Me mantuvieron retenido y amordazado hasta que Rajoy terminó de votar”, recuerda, y aclara que no sólo fueron los agentes de seguridad privada del propio presidente en funciones sino que miembros de la Policía Nacional también se encargaron de mantener al activista alejado de las instalaciones.
Pero Lagarder no pensaba encogerse de hombros y retirarse sin más. Tras denunciar a los miembros de prensa lo que acababa de ocurrirle, se puso de nuevo en marcha hacia la sede del PP. Donde terminaría protagonizando la imagen tomada por el periodista Álvaro Minguito (@AlvaroMin) desde el móvil del propio Lagardete. Una de las fotografías más comentadas de la jornada electoral de ayer.
Objetivo: reeducar a las fuerzas de seguridad
Los violentos y degradantes encontronazos con la Policía han hecho que la lucha por la formación de los miembros y fuerzas de seguridad del estado se convierta en una de sus principales motivaciones.
Tras haberse visto expuesto a insultos, puñetazos, patadas y todo tipo de golpes –“siempre dados con guantes para no dejar marca”, puntualiza–, Lagarder se ha propuesto conseguir que estos trabajadores reciban una formación adecuada. “No puede ser que algunos sólo tengan la ESO. Es precisamente de la falta de educación de la que brota el abuso de poder de los policías”, opina.
Sin techo y sin derecho
“Según el INE hay 50.000 sin techo en nuestro país, pero no se cuentan los campamentos de chabolas ni la gente que duerme en furgonetas, muchas veces familias enteras, o a quienes malviven en casas okupas”, denuncia Lagarder recordándonos que “hay muchos más ciudadanos viviendo a la intemperie de los que oficialmente se contabilizan”.
El problema que denuncia Lagarder es precisamente que al no tener un domicilio no estén censados y, en consecuencia, pierdan el derecho a votar.
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