El fallecimiento de Víctor Barrio, el joven torero al que un astado corneó en el pecho el pasado sábado causándole la muerte, ha vuelto a sacar a relucir la miseria del ser humano. El desgraciado desenlace de Barrio se produjo debido a una "perforación del pulmón derecho, rotura de la aorta torácica con disección posterior hasta hemitórax izquierdo", según el informe emitido por los médicos.
Como suele ser habitual ante noticias de semejante calado, el nombre del torero se alzó hasta lo más alto del trending topic en Twitter, suscitando miles de comentarios. Las muestras de dolor en las redes sociales se vieron salpicadas por decenas de mensajes de antitaurinos y animalistas que no sólo se alegraban por la muerte del diestro en la plaza de toros de Teruel, sino que llegaban a celebrarla. Entre ellos, algunos polémicos personajes como el rapero Pablo Hasél, que aseguró que "si todas las corridas de toros acabaran como las de Víctor Barrio, más de uno íbamos a verlas".
Dentro de la corriente antitaurina, fueron también muchos los usuarios que reprendieron la vileza de algunos comentarios. Entre ellos, el conocido presentador de televisión y defensor de los animales Frank Cuesta, que utilizó su cuenta de Twitter para intentar explicar, tal y como dijo en uno de sus vídeos, que "no se es más amante de los animales por alegrarte de la muerte de un torero".
Pero, sin duda, la situación más vil la tuvo que soportar la viuda del torero. Raquel Sanz, periodista y portavoz del Partido Popular en Sepúlveda, colgó varios mensajes en Twitter, mostrando su dolor y agradeciendo las muestras de apoyo recibidas.
Decenas de usuarios se cebaron con ella, haciéndole llegar todo tipo de mensajes en unos momentos de gran dolor. Algunos de estos comentarios fueron denunciados y han conseguido clausurar algunas cuentas que se ensañaron con la familia y el torero Barrio. Por su parte, la Fundación del Toro de Lidia ha anunciado que tomará medidas legales contra los autores de los mismos.