Con 25 años, Amanda Rodríguez lo tiene muy claro: le atraen las personas, más que los géneros. No es una fase, es su orientación sexual y a los 16 se lo contó a su familia. "En ningún momento dudé de mi condición. Ser bisexual no significa ser indeciso. Es un mito muy común". Los prejuicios como éste permanecen incluso en la propia comunidad de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (LGTB). Por eso, el hashtag #OrgulloYBIsibilidad nace para romperlos.
Amanda es un proyecto de bióloga en la Universidad Complutense de Madrid. También es feministra, activista y portavoz de la Federación Estatal LGTB. Lleva gafas, tiene el pelo corto y se ha afanado por respondernos lo antes posible. Y lo hace con rotundidad: "Ni la promiscuidad, ni la transición, ni el vicio, ni la infidelidad son inherentes a ninguna orientación sexual". Para ella, la clave es "visibilizarse para romper con el miedo y con los discursos discriminatorios".
Su experiencia personal es la siguiente: "Mi entorno se cuestionaba si 'realmente era bisexual' o era una fase". La portavoz de FELGTB, también coordinadora de Arcópoli, denuncia "una estructura social que empuja a elegir entre la heterosexualidad u homosexualidad". Tanto en Sanidad como en Educación sigue siendo una gran desconocida. En Estados Unidos, más del 25% de los terapeutas la consideraron una enfermedad, según un estudio publicado por la Universidad de Columbia.
El Colectivo Soror, de carácter feminista y consciente de esta realidad, lanzó el hashtag que copa el ranking en Twitter con motivo del Día Internacional de la Bisexualidad. "La homofobia es la opresión que sufrimos y la bifobia es la discriminación dentro de esta homofobia. Nos llaman "guarres" y "sinvergüenzas". Dicen que somos bisexuales solo por moda o para ligar", explican.
"No somos gais reprimidos ni chicas queriendo llamar la atención. Somos bisexuales y nuestra sexualidad también es válida", tuitea un usuario. "Amamos como queremos", comparte otro. "Nosotros no vamos por la acera, somos muy rebeldes, vamos por la maldita carretera y nos movemos con total libertad", sentencia un tercero. Por esta razón, la iniciativa ha calado y cientos de internautas se han hecho eco de la misma.
"Lesbianas reprimidas o gais que no quieren salir del armario"
A los prejuicios de las personas heterosexuales se unen los del propio colectivo LGTB. "Los califican de lesbianas reprimidas, gais que no quieren salir del armario, de disimular", explica el presidente de la FELGTB, Jesús Generelo. "Eso va en contra de nuestra lucha. No se debe cuestionar la identidad de cada uno", recalca.
Así, la FELGTB asegura que en Mexico un 76% de las lesbianas no querían una relación con una chica bisexual, mientras que el porcentaje era del 68% entre los gais. La falta de estudios en España obliga a buscar referencias en otros países, apunta la Federación. Las mujeres bisexuales sufren además una doble discriminación, informa Amanda.
"Cuando surge el activismo LGTB se priorizaron ciertas luchas, como conseguir la retirada de determinadas leyes que apresaban a cualquier persona que no expresara una orientación o rol de género normativo, se priorizaba sobrevivir", matiza Amanda. Ahora, le toca a la bisexualidad. "La mejor solución es la concienciación y la pedagogía" para diluir la discriminación por completo.
Como metas queda que el propio Estado normalice esta identidad sexual. "Los retos de los bisexuales son los mismos que la comunidad LGTB pero no deben ser el pariente pobre. Debe abordarse en el pacto en educación y en salud abriendo caminos, no cerrándolos", explica el presidente de la FELGTB.
Iniciativas como la de la influencer de moda Dulceida, con más de 720.000 suscriptores, que ha compartido su vida sentimental, ayudan a hacer visible esta realidad.