Es España un país de 'todólogos'. Todo el mundo, venga de dónde venga, haya estudiado lo que haya estudiado, tiene el derecho a pontificar sobre cualquier cosa. A sentar cátedra. Porque todos nosotros llevamos un entrenador dentro, un político experto en relaciones internacionales, un médico especialista en neurología y, cómo no, un profesor.
La Fundación Promaestro ha aprovechado el Día Mundial de los Docentes, que se conmemora este miércoles, para lanzar una campaña cargada de ironía en la que reivindican su figura. Así, en un vídeo de algo más de dos minutos, diversas personas de distintos perfiles aparecen en el aula de un colegio exponiendo quejas recurrentes frente a la cámara y explicando lo que, a su juicio, deberían hacer los profesores.
"Los educadores españoles deberían fijarse mucho más en sus compañeros escandinavos. No sé. Por ejemplo: el modelo finlandés es muchísimo más eficaz y respeta el desarrollo cognitivo del niño", dice una joven madre. "Los profesores deberían dejarse de experimentos y deberían ir a lo esencial, a lo básico, a enseñar a los niños. ¿Y qué es lo básico? Pues lo de toda la vida, lo que ha funcionado siempre", argumenta otra que parece tener muy clara su labor. Poco a poco, el ritmo de "deberías" va incrementándose con afirmaciones estrambóticas como que "una buena maestra tiene que utilizar cortezas, semillas, raíces, piñas, hojas secas...", que el "profesor debería no enseñar nada y dejar que los niños propongan", o que "Google es el gran maestro".
Pese a ser uno de los colectivos mejor valorados en los sondeos que periódicamente realiza el CIS junto a médicos y enfermeros, la opinión sobre su labor es más criticada que nunca. "Tenemos una opinión muy clara sobre lo que un maestro debería hacer, pero, ¿sabemos lo que piensan ellos?", cuestiona una voz en off al final del vídeo.
Seguramente no. De hecho, diversas asociaciones han puesto el dedo en la llaga al señalar la difícil labor a la que se enfrentan en el día a día. Así, por ejemplo, la Asociación Nacional de Profesores de la Enseñanza, a través del Defensor del Profesor, señalaba en su último informe que el 21,6% de los docentes tiene alumnos que se distraen a menudo, el 18% asegura sufrir acoso y amenazas en clase y el 5% ha sufrido agresiones.
Desde la Fundación Promaestro, que "trabaja para dar voz a los docentes ante la sociedad y para que sean reconocidos en la peculiaridad y especificidad de su profesión", lo tienen claro: "Los maestros y profesores nos necesitan; no para decirles cómo hacer su trabajo, sino para acompañarles y apoyarles".