Elena Santonja ha fallecido a los 84 años de edad. De pocas personas puede decirse que dejaran a los españoles un sabor de boca tan bueno. En los años ochenta, antes de que las cocinas se convirtieran en emplazamientos de pesadilla y escenarios de concursos contrarreloj, Santonja ya ponía a los famosos a los fogones en el inolvidable programa Con las manos en la masa.
Entonces las cosas eran muy diferentes. No existían los foodies, ni Instagram. Los chefs eran una cosa más francesa que española. Ni los filtros fotográficos, ni la simetría de los platos, ni las calorías eran algo que importase demasiado. La cocina era un sitio tranquilo, familiar, el lugar elegido para recuperar lo tradicional, para reencontrarse con esos platos de puchero que hacían madres y abuelas. Y también para hablar con tono sosegado y profundo, a fuego lento.
Elena preparó 355 menús antes de que a principios de los noventa se pusiera fin al programa por desavenencias publicitarias con la dirección de TVE y llegara el mítico Karlos Arguiñano. Junto a ella se enfundaron el mandil decenas de celebridades de la época y algunos que aún lo siguen siendo en nuestros días. Presentadora, actriz, pintora y mujer del director de cine Jaime de Armiñán, conocía y era conocida por toda la farándula.
Con las manos en la masa no se emitía ni por la mañana, ni al mediodía, ni tampoco en prime-time. Su horario era de 'merienda-cena'. Lo ponían los miércoles o jueves, primero en La 2 y luego en la 1. Duraba solo media hora y si te despistabas, después de los programas infantiles, se te metía por los ojos (con esa cabecera pictórica en 3D hecha a partir de 1987) y por los oídos con esa inolvidable canción compuesta por Vainica Doble e interpretada también por Joaquín Sabina.
Permitámonos ir de gourmets y confeccionar una carta con los platos más jugosos que se vieron e hicieron en el programa. Y es que lo más rico de Con las manos en la masa eran los 'maridajes' que se hacían entre las recetas y los invitados, muchos relacionados con esa tendencia cultural conocida como 'La Movida madrileña'. Eran estos quienes las proponían y confeccionaban, mostrando una parte muy íntima de sí mismos.
Pedro Almodóvar
El director de cine manchego más internacional hizo honor a su tierra y preparó un pisto para chuparse los dedos. Incluso se fingió una llamada a su madre, Francisca Caballero. En alguna ocasión la presentadora señaló que era uno de los programas de Con las manos en la masa que mejor recuerdo le traían.
Joaquín Sabina
Aunque el cantante de origen andaluz solo llevaba siete años en la capital, muchos ya lo consideraban madrileño. El intérprete de la sintonía del programa y compositor de Pongamos que hablo de Madrid se marcó un chotis con la Santonja e hizo unos callos.
Alaska
Pocas veces hemos visto a la desvergonzada Alaska ruborizarse al confesar su dominio de los congelados ante una gran conocedora de la cocina como Elena Santonja. La cantante y presentadora de la Bola de Cristal sufrió terror en el hipermercado para buscar los frijoles negros con arroz que formaron parte de su menú.
Fernando Fernán Gómez
Elena esperó a que Fernando se quitara la chaqueta y se pusiera el delantal mientras cantaba un tango de Carlos Gardel. Este actor, guionista y director histórico del cine español que salió más que nunca en los medios por su mala lengua demostró aquí su buen paladar con unas 'lentejas con casi nada'.
Chicho Ibáñez Serrador
El programa que quizás más manos en la masa tuvo, literalmente. El plato elegido por el director de cine de terror y realizador del 1,2,3 fue pollo con setas y en algunos momentos pareció que Chicho y Elena cocinaban un menú de Halloween. Imperdible la lección que la presentadora le dio al uruguayo sobre especies micológicas.
Miguel Bosé
Si pensabas que eras el primero que había unido el whisky con el arroz, después de salir de fiesta por el centro de Madrid y comprar uno de esos recipientes que venden los chinos en Gran Vía para comértelo antes de irte a dormir, te equivocas. El hijo de Lucía Bosé mostró sus dotes de cocinillas con una receta de arroz borracho.
Sara Montiel
Saritísima contaba cómo se comía muchos 'guardias civiles' de pequeña y cómo a Gary Cooper le encantaban los taquitos mejicanos. Saritísima elegía unas gachas manchegas, entre otras cosas, un plato que en su día llegó a preparar a Marlon Brando.
Antonio Gala
El literato presumió de sus habilidades de barman bien conocidas en Nueva York y reveló la razón por la que llevaba siempre un bastón: por tocar madera. Gala se decidió por un rico salmorejo muy propio de la ciudad en la que creció: Córdoba. En el programa relató que su carrera como escritor le vino como algo del destino y se dio cuenta de que iba a serlo con 6 años.
Concha Velasco
La actriz pucelana aportó dos de los platos más ricos y contundentes de la cocina castellana: sopa de ajo al estilo San Bartolomé de las Abiertas y frite de cordero al estilo de Pedraza. Después de este menú tan potente bien podrían haber llamado a la Cruz Roja. Como en la mayoría de capítulos, no faltaron los canturreos.
Torrebruno
El ídolo de los niños también se dejó seducir por el lechal, aunque con un toque italiano. El cantante subraya como pese a la temprana muerte de su madre, pudo cantar y bailar desde su más tierna infancia. Con su pajarita roja, fue el invitado que mejor conjuntó con el mandil de Con las manos en la masa.