Pocos políticos españoles no cuentan con un perfil en Twitter a través del que dan buena cuenta desde sus grandes hazañas hasta sus nimios quehaceres diarios. Iñigo Errejón es uno de los que más acostumbra a relatar a través de las redes sociales sus quehaceres diarios, últimamente aprovechando sus estancias en el Congreso. 

Sin embargo, curiosamente en medio de la presunta crisis entre 'errejonistas' y 'pablistas' que está dando tanto que hablar, el ascenso del número dos de Podemos se ha frenado radicalmente.

Y no, no nos referimos a su carrera política ni a su papel de 'influencer' en las redes sociales. Una avería ha dejado encerrado a Errejón en un ascensor. 

Contaba el político que estaba aprovechando la obligada pausa para convencer a sus acompañantes "de la reforma de la ley electoral". Y es que, salvo las tres mujeres responsables de comunicación de su partido, de amigos precisamente no estaba rodeado...

Los usuarios no han tardado en verter todo tipo de comentarios ácidos y ponerse manos a la obra para realizar simpáticos montajes en los que podemos ver a los accidentados protagonistas en las más variopintas escenas.

 

Equipo ascensor

Algunos usuarios han optado por analizar al resto de protagonistas del inesperado encierro. Entre ellos los rostros de Laura Casielles, una de las responsables de prensa de Podemos, o Carmelo Romero, diputado del PP, que no parecían 'estar para selfis'...  

O los curiosos parecidos razonables que han sacado del resto de la 'tripulación'.

Podemos y su mala suerte con los ascensores

Existen antecedentes que hacen pensar que los elevadores no son precisamente los mejores aliados de los integrantes de Podemos. En junio del año 2015 fue Pablo Iglesias quien se quedó atrapado en un ascensor con Ada Colau, y también utilizó Twitter para contar con cierto humor el incidente ilustrando -igualmente mediante selfis- la pintoresca estampa.

El líder de la formación morada fue relatando e ilustrando lo que ocurría en aquel encierro fortuíto... 

... que pronto empezó a perder la gracia. 

Iker, en tus manos dejamos el misterio.

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