Que a las cuatro de la tarde cuesta arrancar de nuevo es una realidad laboral universalmente aceptada, pero tras cerca de un año con la actividad parlamentaria más baja de la historia de la democracia cabría esperar que sus señorías abordasen la legislatura que comienza con ganas. Especialmente en la bancada de Podemos cuando se discuten dos iniciativas que cuentan con su apoyo, la subida del salario mínimo interprofesional y el adelanto de la edad de voto a los 16 años.
Sin embargo, la imagen de los diputados de la formación morada Raimundo Viejo y Mar García 'roques' en su escaño durante la sesión de sobremesa deja una pobre impresión sobre la reanudación de las funciones legislativas. Ellos podrán decir que, por lo menos, estaban ahí: si ampliamos el objetivo podemos comprobar que a las 16.00, hora de arranque del pleno, la tónica en el Congreso era la del absentismo.
La 'pillada' a los diputados de Podemos ha ocurrido al término del discurso de Gabriel Rufián, representante de ERC y promotor de la ley para bajar la edad de derecho al voto de los 18 a los 16 años. Quizás porque "la buena gente de Podemos" - en palabras de Rufián - ya había confirmado su respaldo a la iniciativa, Viejo y García no se dejaron impresionar por el discurso del parlamentario catalán sobre "ampliar la democracia". "Si en esta cámara se les puede negar e hipotecar el futuro a tantos chicos y chicas, también pueden votar" - declaró en su conocido estilo incendiario Rufián.
Las imágenes obtenidas de la retransmisión del propio Congreso confirman que las imágenes de los diputados de Podemos traspuestos no es una simple instantánea: en Viejo se advierte por lo menos algo de movimiento bajo los párpados, pero García no sostiene ni la cabeza.
Mientras ocurría esto, la periodista Sonsoles Ónega compartía una imagen del Pleno en tono de denuncia: la tónica de aquella hora era la de los escaños vacíos a izquierda y derecha. Cabe especular si otros parlamentarios más experimentados en estas lides que los de la formación morada habían preferido echarse la siesta en un lugar más discreto.
Lejos de quedarse en anécdota, las ausencias han tenido consecuencias legislativas según publica El Mundo. Para la hora de la votación los diputados se habían incorporado ya. Pero faltaron cinco diputados de la izquierda de modo que la votación para rebajar la edad de voto se perdió por 173 votos en contra y 168 votos a favor. De haber estado todos presentes se hubiera producido un empate. Y de repetirse el resultado, la votación habría pasado a una futura sesión.
Tiempo suficiente quizás como para que los promotores de la ley intentaran convencer al PNV, que ha virado de la abstención al rechazo, o a la única diputada de Coalición Canarias en un panorama en el que hasta el último voto cuenta.
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