Se hace llamar 'juego del muelle' o 'ruleta sexual'. Lo habrán oído estos días. Esta práctica que, supuestamente, llevan a cabo algunos adolescentes en nuestro país ha disparado todas las alarmas debido a las informaciones que se han publicado en algunos medios. El guión es propio de una película de Stanley Kubrick: un grupo de chicos semidesnudos se coloca en círculo e intenta mantener la erección mientras las chicas se van sentando sobre ellos de forma alternativa, durante 30 segundos, produciéndose la penetración sin protección. El que primero eyacule es eliminado. Según se ha publicado, esta práctica estaría disparando los contagios de enfermedades de transmisión sexual en alguna comunidades españolas como Madrid.
Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Es una práctica habitual entre los jóvenes españoles o una alarma recurrente con pocas bases de realidad? El último periódico en sacar a la luz el asunto ha sido el diario El Mundo, que el pasado domingo publicaba un reportaje con un llamativo titular: 'Alerta médica en Madrid por el juego sexual del 'muelle''. Pese al singular enunciado, el texto incurría en algunas contradicciones: señalaba que no debía causar alarma ya que no era "la nueva moda sexual entre los adolescentes madrileños" y, aunque en los hospitales los médicos hablaban de "cuatro menores embarazadas en 2016 por esta práctica", una línea más abajo citaba a fuentes médicas para señalar que se trata de algo "imposible de comprobar".
Fuentes del Ministerio de Sanidad señalan que para crear una "alerta" de este tipo en una comunidad autónoma debe darse una situación de "contagio multitudinario", algo que no ha ocurrido. Además, estas fuentes también apuntan que no existe ninguna estadística en el Centro Nacional de Epidemiología que señale qué tipo de prácticas sexuales se llevaron a cabo a la hora de producirse los contagios de las ETS.
Tras el reportaje de El Mundo, numerosos medios se han hecho eco de la noticia citando al periódico de Unidad Editorial y alertando sobre el aumento de ETS entre los menores.
Tal y como señalaban algunos usuarios de Twitter, se trata de una noticia recurrente. Así, La Vanguardia ya habló de ello en 2014 y Periodista Digital lo recuperó en 2015 y 2016.
Por su parte, El Periódico le dedicó un suculento reportaje el pasado mes de abril, añadiéndole un nuevo ingrediente, "un enfermo de sida como invitado de incógnito en la orgía". Algunos medios británicos como el Daily Mail o The Mirror se hicieron eco de la noticia un mes después.
Snopes, una web que lleva desmintiendo bulos desde 1995 y que ha sido elegido por Facebook para luchar contra las noticias falsas en la red, dedicó un artículo a esta última información del periódico catalán. En él se señalaba que "no hay una evidencia creíble" de que lo que el supuesto juego sexual hubiese ocurrido alguna vez, y mucho menos que fuese una práctica "en aumento". Snopes subrayaba además que la información se sostenía en base a "vagas declaraciones hechas por un sólo médico en España" y en ninguno de los artículos se aportaba ningún tipo de informe.
La cobertura del tema dice más sobre los temores de la sociedad y las dinámicas de los medios que sobre el comportamiento sexual de los jóvenes
No es ésta la única vez que un medio ha salido a desmentir una información relacionada con la 'ruleta sexual'. En 2013, la BBC ya cuestionó la veracidad de un rumor proveniente de Colombia y del que se habían hecho eco distintas publicaciones. "La cobertura del tema probablemente dice más sobre los temores de la sociedad y las dinámicas de los medios que sobre el comportamiento sexual de los jóvenes colombianos", aseguraba la cadena británica. "Los medios no parecen interesados en determinar si se trata de casos aislados o de una práctica generalizada; ni si este comportamiento riesgosos siempre toma la forma de 'ruleta sexual'", añadían.
Una mala praxis que vuelve a reproducirse una vez más en nuestro país. Si tenemos en cuenta que el morbo o la preocupación paterna sobre temas relacionados con las posibles prácticas sexuales de sus hijos son elementos clave en ella, tenemos el cóctel perfecto para generar, por un lado, una gran cantidad de clicks y, por otro -y lo que es peor-, una alarma infundada en la población.