No falla: cada vez que Donald Trump deleita al mundo con una de sus apariciones e intervenciones termina por liarse. Pero esta vez ni su séquito de seguidores ni sus detractores más feroces se han parado a defender o criticar las palabras del que ya es el 45º presidente de los Estados Unidos. Esta vez ha sido su aspecto, y no precisamente su curiosa melena rubia o su anaranjada tonalidad de piel que a menudo restan protagonismo a sus discursos eclipsando la actualidad informativa.
Las espaldas de Trump, y más concretamente la importante parte ocupada por sus glúteos, fueron los inmensos protagonistas de la semana.
Todo ocurrió cuando el recién investido presidente de EEUU se dispuso a hacer el transbordo previsto y necesario para llegar desde el avión presidencial. Para ello, el magnate tuvo que desplazarse en otra nave oficial: el Marine One, un helicóptero de uso y disfrute de los jefes de Estado que despega desde la mismísima Casa Blanca.
Lo que no se esperaba Trump es que la fuerte ventisca provocada por las hélices de la aeronave y la rapidez del fotógrafo de Reuters Jonathan Ernst le jugasen semejante pasada captando una instantánea de su trasero totalmente inesperada.
Al parecer, mientras que Trump no se molestó en darse la vuelta y saludar, como suele ser cortesía, al subir al Air Force One, sí lo hizo en su breve trayecto en helicóptero. Opción que le dejó al descubierto –no precisamente de forma metafórica– ante los miles de ojos que siguen a diario sus pasos. Mientras medio mundo visionaba ojiplático la panorámica, las redes sociales tardaron pocos minutos en rendir su particular homenaje –en su característica clave de humor– a las nalgas presidenciales.
Donald Kardashian y otras tantas parodias
Como no podría ser de otra manera, la impactante imagen de sus aparentemente voluminosas posaderas ha derivado en multitud de bromas y montajes. Desde el clásico ‘ese culito, que no pase hambre’, hasta comparaciones con algunos de los personajes famosos a los que se les alaba o critica precisamente por el tallaje de sus caderas –evidentemente, hablamos de Las Kardashian–, fueron la tónica de la jornada.
Ayer no importaba lo que dijese o hiciese. El mundo se volvía loco con el descomunal pandero de Trump e incluso un hilo de Reddit en el que se analizaba simple y llanamente 'la entrada de Donald en un helicóptero', ha recopilado –atención– cerca de 1.400 comentarios.
Hay también quienes señalan con el dedo acusador al curioso efecto paracaídas provocado por sus holgados pantalones posicionándole como absoluto responsable de que las ‘medidas glutiles’ de Trump se mostrasen tan sumamente voluminosas. Entre los entendidos en la materia, como ya advirtió la revista GQ que también le sugirió usar menos bronceador en la cara, ponerse corbatas de mayor calidad y cambiar de corte de pelo; resulta que el presidente se equivoca en la selección de su tallaje y debería vestir algo más ajustado para evitar que, en el futuro, sus pantalones le jueguen tan malas pasadas como las que habitualmente le proporcionan sus propias declaraciones.
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