“Me llamo Ray Johnstone y soy Australiano. Soy un jubilado viudo que está buscando un compañero de pesca. Mi compañero anterior ya ha muerto”. Así de claro, sincero y entrañable era el anuncio que publicaba hace unos días en Gumtree, una web de anuncios clasificados británica, cuyas palabras conmovieron a medio mundo.
“Lo que busco es un un compañero de pesca en una posición similar a la mía que también quiera encontrar a alguien que vaya con él a pescar. Estoy dispuesto a compartir todos los gastos, como la gasolina o los cebos, y si por casualidad usted es dueño de un barco (y tengo uno) podríamos compartir los honorarios del uso de la rampa. Si está interesado contacte conmigo para arreglar una cita y ver si podríamos llevarnos bien. Agradecido: Ray Johnstone”, continuaba aquel mensaje que se tradujo en cientos de llamadas, desde particulares amantes de la pesca hasta organizaciones y equipos oficiales, que se ofrecían para acompañar a Ray para que volviese a practicar su deporte preferido.
Hasta que apareció el candidato ideal.
“Ya no estoy tan joven como antes”, comentaba sonriente mientras saltaba dentro del bote. Pero el paso de los años apenas se notó a la hora de lanzar el anzuelo al mar: “Ha sido un día realmente estupendo. Cogí una pescadilla grande y dos pequeñas, aunque esas las tuvimos que devolver al agua”, explicaba orgulloso a los reporteros de la cadena 7 News Brisbane que quisieron inmortalizar el esperado momento.
“Creo que va a volver con unos cuantos kilos de más”, bromeaba por su parte Mati Batsinalis, el joven que, tras dar respuesta al emotivo anuncio y hablar con Ray, parece haberse convertido en su nuevo compañero de pesca.
“Evidentemente mi respeto por Ray es enorme, pero le traté exactamente igual que hubiera tratado a cualquiera de mis amigos de 22 años”, relataba el joven en sus redes sociales donde también ha querido mostrar algunas de las imágenes tomadas durante ese viaje de fin de semana en el que familiares de Mati y el nieto de Ray, Ivan, también les acompañaron. Incluso añadió a algunas de las imágenes el hashtag #imfishingwithray –estoy pescando con Ray–, orgulloso de compartir con el mundo los agradables momentos de pesca y amistad que estaban compartiendo.
Quiero darles las gracias por darme el viaje de mi vida. Johnstone, ahora eres parte de mi familia
“Mi objetivo era hacer sonreír a Ray. Sentí que esa era la meta desde el primer segundo en el que estreché su mano en el aeropuerto”. El joven, que asegura haber recibido más de 2.000 mensajes de personas de todo el mundo tras publicar las fotografías del encuentro, ha insistido en sus declaraciones a distintos medios locales en que la diferencia de edad era lo de menos y que lo importante era pasar un buen rato pescando, echarse unas risas y tomar unas cervezas. Pero el encuentro, se tradujo en algo mucho más profundo.
“Miles de personas me envían mensajes agradeciéndome lo que he hecho y diciéndome que le he cambiado la vida a Ray… La verdad es que Ray ha cambiado la mía. Ahora me doy cuenta del verdadero valor de estas escapadas y soy capaz de verlas con otros ojos”.
“No se trata sólo de ir a pescar. La idea era devolver a alguien la ilusión con algo que podía ofrecer. Lo importante era relajarnos y dar a Ray un buen rato para que disfrutase de la experiencia completa de un viaje a Queensland”.Tanto ha sido así que Ray y su nieto ya han invitado a Mati y su familia a que vayan a Adelaide –su lugar de residencia– para que puedan volver a ir a pescar juntos. “Espero que Ray e Ivan tengan un buen vuelo de regreso a casa. Quiero darles las gracias por darme el viaje de mi vida. Johnstone, ahora eres parte de mi familia”.
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