Jordi Évole, recién regresado de su cura de cuarentena del móvil, prometió que el Salvados de este domingo "no sería otro programa con Pablo Iglesias", en referencia a las críticas a la omnipresencia del secretario general de Podemos en su cadena. Y cumplió: Iglesias tenía enfrente a cinco militantes de su partido que, tras los acontecimientos entre el 26-J y Vistalegre 2, tenían una larga lista de reproches que hacerle.
Iglesias agachó la cabeza y aceptó el ejercicio de autocrítica. "Hemos sido muy torpes" - admitió sobre las polémicas tuiteras que han desgarrado en bandos a la formación y han sido aprovechadas por los enemigos que "huelen sangre". Eso sí, el flagelo tenía límites: mencionó la campaña #Iñigoasíno lanzada por Pablo Echenique, pero obvió el tuit con el que él mismo prendió uno de los fuegos internos de la formación ridiculizando el saludo de la victoria de los errejonistas.
El líder de Podemos ha tenido que escuchar cómo los cinco invitados reivindicaban unánimente la figura de Iñigo Errejón. "Ha sido un proceso muy duro y muy doloroso, hemos hecho algunas cosas muy mal, ha habido cosas feas, pero nuestro debate era de verdad y de ideas. Seguirá habiendo algunos problemas, pero los fundamentales se han resuelto y eso se va a notar" - insistía. Se reafirmó en las decisiones tanto de unirse a Izquierda Unida como de ofrecerse - para luego retirarse - a Pedro Sánchez ("algunos querían que diésemos un cheque en blanco a los otros partidos"), a quien corteja ahora sin ambajes.
El ejercicio de humildad chirrió en un momento dado, sin embargo: cuando salió a colación el nombre de Juan Carlos Monedero. Uno de los invitados, a tenor de la conversación sobre las disputas inapropiadas en público, recordó que Monedero, cuando se publicó la información sobre la VPO de Ramón Espinar, acusó a "la otra candidatura de estar favoreciendo los intereses del Grupo Prisa". "Y me alarma que el secretario general no pare eso". Otra invitada era mucho más lapidaria: "Monedero tendría que haber cerrado la boca en muchas ocasiones (...) Es un activo importante, pero no tiene medida".
A continuación, Évole pidió a los cinco invitados una definición sucinta de Monedero. El resultado fue unánimemente peyorativo: "Payasín", "francotirador", "revolucionario capitalizado" y "poder en la sombra" fueron los términos que salieron a relucir. Visiblemente irritado, Iglesias se dirigió entonces al conductor del programa: "Voy a hacerte una crítica, no sé si la vas a emitir". El secretario general de Podemos acusó entonces al programa de haber realizado una selección de invitados sin pluralidad, lo que quedaría demostrado por la falta de respaldos al ex número tres.
Sorprendido por el reproche, Évole aseguró que la figura de Juan Carlos Monedero no se había mencionado ni una sola vez en la preparación del programa. "Monedero ha sido una de las personas más atacadas y valientes, que habrá hecho cosas mal, pero me enfada el linchamiento del que ha sido objetivo"- lamentó entonces Iglesias. Su papel, defendió, es el de ser "el pepito grillo que nos diga las cosas".
La reacción del interpelado se ha producido en Twitter, y presuntamente es de cordialidad, invitando a Évole a toma un vino en la Morada, la sede social de Podemos. Lo acompañaba de un gif un tanto críptico, en el que un personaje negro ataviado de morado intenta chocar puños con un personaje blanco que no entiende su saludo e intenta chocar las manos. El periodista por su parte aceptaba sin excesos de entusiasmo.
Sin embargo, es en las réplicas a sus simpatizantes donde Monedero ha recogido las acusaciones de parcialidad lanzadas en antena por el secretario general, dando la razón a una seguidoras que calificaba a los invitados de "5 cuñados". "El casting no era representativo pero ahí Pablo Iglesias ha estado bastante claro".
La misma línea ha sido retomada por los simpatizantes de Podemos que ha puesto bajo fuego al conductor de Salvados en Twitter.
Évole tuvo su pequeña venganza cuando reprochó a Pablo Iglesias el haberse peleado con todos los periodistas que le han hecho preguntas incómodas, incluso con "la voz del 15-M", Javier Gallego Crudo, indicando que eso era "raro". Por lo demás, el secretario general disfrutó de momentos de completa unanimidad con sus contertulios, como a la hora de condenar las críticas a la designación de Irene Montero como portavoz en el Congreso por el hecho de mantener una relación sentimental con él.
Una polémica sobre falta de pluralidad muy parecida ocurrió en la mesa redonda dedicada a la crisis del PSOE del pasado octubre. Varios militantes "susanistas" denunciaron entonces que el programa había contactado con ellos para recoger su versión e incluso habían grabado intervenciones, pero estas no fueron finalmente emitidas.