El dolor de espalda es un problema recurrente del mundo moderno que en España supone, según los expertos, una de las principales causas de baja laboral. Aunque su origen proviene, en algunos casos, de algún tipo de traumatismo o enfermedad crónica, en la mayoría de los casos tiene su origen en malos hábitos y posturas inadecuadas: en el escritorio de trabajo, al dormir, al caminar y sí, también cuando mantenemos relaciones sexuales.
Un estudio desarrollado en 2014 por la Universidad de Waterloo (Canadá) y conducido por el profesor Stuart McGill, determinó que no todas las posturas eran igual de beneficiosas para evitar lesiones o incrementar el dolor en quienes ya sufren algún problema de este tipo. De hecho, un de las que a priori era percibida por la gente como más inofensiva, la 'cuchara' no lo resultó ser tanto.
McGill y su equipo -que publicaron los resultados en la revista Spine- centraron la primera parte de la investigación especialmente en los hombres, ampliando posteriormente la observación a las féminas. Para ello utilizaron una técnica pionera -a través de un sistema de captura de movimientos que combinaba los rayos infrarrojos y la electromagnética- que les permitía ver cómo la espina dorsal se acomodaba durante el sexo. Después eligieron cinco de las posturas más practicadas por la población y pidieron a diez parejas sanas que se presentaran voluntarias para el estudio.
Tras observar cómo respondía la espalda a las distintas posibilidades, los doctores establecieron un ranking de técnicas y posturas ordenándolas de menos a más adecuadas para evitar el dolor lumbar.
Lo menos recomendable sería hacer la 'chucharita': es decir, acoplarse a la pareja de espaldas.
En el extremo opuesto, indicada como la más beneficiosa, la postura cuadrúpeda del 'perrito' con la persona situada en la parte inferior apoyada sobre los codos.
Los doctores también aconsejan una variante de esta postura en la que el peso descanse sobre las manos y, por último, entre lo mejor para el dolor lumbar, un clásico: la postura del 'misionero' en la que la mujer se sitúa totalmente recostada sobre la espalda y el hombre encima, rostro con rostro.
McGill, que dirige en Waterloo el Laboratorio de Biomecánica de la columna vertebral, explicaba en este vídeo que su trabajo ha servido para que los doctores puedan recomendar con certeza cómo practicar sexo para evitar lesiones. "Cualquier doctor de atención primera te dirá que las parejas les preguntan a menudo cómo lidiar con el dolor de espalda durante el sexo y después", señalaba. "Muchas parejas renuncian al sexo porque uno de ellos tiene que lidiar después con meses de agonía".
Los autores del estudio también observaron que el dolor lumbar podía incrementarse durante el orgasmo, algo que estas posturas mitigaban, pero también recomendaban consultar cada caso concreto con un profesional médico.