"¡Por fin un estudio de los que me gustan a MÍ" - probablemente haya tenido ocasión de leer en el muro de sus contactos más aficionados a la barra, el tapeo y la espumosa boca húmeda del botellín. Nadie podrá culparles de exceso de entusiasmo ante titulares que aseguran que la cerveza - en ración de dos, puestos a precisar - resulta "más efectivas" o "mejor" que el paracetamol para aliviar el dolor. Aunque le tachen de aguafiestas, no estaría de más advertirles que el estudio citado no recomienda sustituir la medicación por un par de jarras; al contrario, lo que hace es poner en guardia contra la adicción.
Efectivamente, investigadores de la Universidad de Greenwich han evidenciado en una serie de estudios recogidos por el Journal of Pain que el alcohol consumido en bebida, y no exclusivamente la cerveza, tiene efectos analgésicos. Lo relacionaban con una tendencia preocupante: los afectados por dolor crónico, al ver que los medicamentos basados en opioides se recetan cada vez menos, estarían recurriendo al alcoholismo como calmante.
"Los hallazgos sugieren que el alcohol es un analgésico efectivo que proporciona reducciones clínicamente relevantes en los registros de intensidad del dolor, lo que podría explicar el abuso del consumo de alcohol entre aquellos que sufren dolores persistentes pese a sus potenciales consecuencias para la salud a largo plazo", escribía el responsable del estudio, el doctor Trevor Thompson.
Sus conclusiones son, de hecho, que "los efectos analgésicos más fuertes se dan a niveles que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para un consumo de alcohol de bajo riesgo", por lo que sugieren intervenciones "alternativas" y de "menor riesgo" para los pacientes "vulnerables".
¿De dónde salen entonces las menciones a las cervezas y el paracetamol, que no aparecen en el estudio original? De los intentos de Thompson por explicar su investigación en términos legos al diario The Sun. "El efecto del alcohol puede compararse al de los opioides como la codeína y es más intenso que el del paracetamol". Además, cifraba en un 0,08% el umbral de alcohol en sangre a partir del cual se producen los efectos analgésicos; el tabloide hizo la cuenta de la vieja y concluyó que correspondía a una medida más coloquial, "un par de pintas".
Siempre flexible con los hechos - recordemos que es el mismo medio en cuyas páginas se calificó de "follaburros" a los españoles por la crisis de Gibraltar - The Sun terminaba proclamando que "dos cervezas curar MEJOR que el paracetamol que el dolor", y este es el titular que han recogido multitud de medios. Acallada quedaba la advertencia del propio Thompson de que un efecto "más intenso" no significa "mejor", y que el daño para la salud que supone el consumo continuado de alcohol contrarresta cualquier beneficio.
"Si pudiéramos hacer un fármaco sin los efectos dañinos, entonces sí que tendríamos algo potencialmente mejor que lo que tenemos ahora", aventuraba.