Marinna Rollins, la mujer más odiada por buena parte de EEUU, ha sido encontrada muerta en su apartamento de Fayetteville, Carolina del Norte. Según la Policía, los indicios preliminares sugieren la hipótesis de un suicidio. Tenía 23 años y un juicio pendiente por acabar con la vida de Cam, el perro que debía ayudarla con su trastorno por estrés postraumático. La muerte de Cam fue atroz: atado a un árbol y acribillado con un fusil de asalto por sus propios dueños, que lo grabaron entre risas. Jarren Heng, militar de 25 años y novio de Marinna, será ahora el único acusado por la muerte del perro.
Las tragedias tanto de Marinna como de Cam se entrelazan entre acusaciones contra el Ejército de EEUU sobre si hizo lo suficiente por tratar los problemas psiquiátricos que la joven desarrolló durante su servicio. Se había alistado en 2014 y había recibido la baja administrativa en enero. El motivo fueron las secuelas de un "evento traumático" que sufrió cuando fue destinada a una base en Corea del Sur, y sobre el que ni el Ejército ni su familia ha querido divulgar los detalles.
Cam era el perro del exmarido de Marinna, Matt. Estaban separados desde 2015 pero seguían manteniendo una buena relación. Cuando a Matt le tocó el turno de ser destinado a Corea, pidió a su expareja que se ocupara de su mascota. Meses después Marinna le pedía quedarse con el perro definitivamente. Lo rebautizó como 'Camboui' (su nombre original era Huey) y lo registró como "service dog", "perro de asistencia", un apoyo emocional para superar el estrés postraumático.
Matt declaró a la prensa local que todo empezó a "ir mal" cuando Marinna entabló relación con Jarren, un soldado de las Fuerzas Especiales. Le acusaba de tener una personalidad narcisista y controladora que aprovechaba la vulnerabilidad de la joven hasta anularla. "Escuché como le hablaba, era asqueroso". Según él, Jarren odiaba al perro, al que él sigue llamando Huey. "Estoy seguro de que la convenció para deshacerse de él".
Efectivamente, el pasado 15 de abril Marinna anunciaba en su página de Facebook que se deshacían de Cam. "¡Un fantástico último día con el perro!" - escribía. "Me entristece que se tenga que marchar, pero será mucho más feliz ahí a dónde va :)". Ante las preguntas de sus contactos sobre el futuro de la mascota, Jarren intervenía con otro emoticono sonriente: "Va a tener una nueva vida fantástica".
Lo que ocurrió aquella noche fue algo completamente distinto. La pareja llevó a Cam al bosque. Llevaban pantalones militares y el pecho descubierto. Bebieron alcohol y se fotografiaron con el perro, que aguardaba paciente e incauto su ejecución. Lo ataron a un tronco, y empezaron a grabar. Marinna dispara a Cam con un fusil automático a quemarropa; el perro gime, y ella dispara cuatro veces más. "Déjame a mí, déjame a mí darle una vez" - reclama Heng. Cam agita las patas en su estertor y ellos se ríen: "Ostias, eso son su nervios disparados".
Hay un segundo vídeo: en él, la pareja sigue disparando contra el cadáver. "Ella no tenía ese arma" - explicaba Matt. "La compraron solo para matar a Cam". Después, entierran al perro. "Ha sido auténtico, Cammy, te quiero, eres mi perrito, eres mi perro, pero..." - se oye decir a Marinna. Ella fue quien subió el vídeo a la red y se lo mandó a su hermana Arianna, quien puso la denuncia. "No podía creer que hubiera hecho algo así, menos aún en compañía, que lo hubiesen grabado y que tuvieran la desfachatez de mandarlo" - declaraba a los medios. "No pude contestarle. No le contesté".
Marinna y Jarren fueron arrestados el 25 de abril y acusados de maltrato animal. Salieron libres tras pagar una fianza de 25.000 dólares. Según Matt, cuando la joven recibió la notificación del juzgado le llamó extremadamente alterada y amenazando con suicidarse. Su exmarido fue a su encuentro pero tuvo que avisar a la Policía porque la encontró armada con cuchillas y dispuesta a autolesionarse. Pasó la noche previa a su arresto ingresada en un hospital bajo protocolo antisuicidios.
Tras conocerse el proceso, un grupo de Facebook, Justicia para Cam, ha estado impulsando el juicio por maltrato animal. En las horas siguientes lamentaban la muerte de Marinna. "Queremos justicia por Cam pero no queríamos que acabase así. De ninguna de las maneras deseábamos que Marinna muriese. Queríamos que ella tuviese la ayuda que necesitaba y que Cam recibiera la justicia que le correspondía". Aseguran que continuarán en activo hasta que Jarren sea condenado.
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