Los periodistas beben demasiado, son malos en el manejo de las emociones y tienen una capacidad inferior a la media para resolver problemas complejos. Éstas son algunas de las conclusiones que arroja una investigación llevada a cabo por la neuróloga y profesora del MIT Tara Swart, que acaba de ser publicada.
Para trazar semejante radiografía, Swart y su equipo sometieron a un grupo de 40 periodistas -una muestra muy pequeña como para extrapolarla- de periódicos, revistas y medios online británicos a una serie de pruebas para registrar datos relacionados con su estilo de vida, su salud y comportamiento. Los redactores tuvieron que llevar a cabo distintas pruebas médicas, registraron durante días sus hábitos alimenticios, monitorizaron su frecuencia cardíaca y completaron un cuestionario para trazar su “perfil cerebral”.
El objetivo, tal y como explica Business Insider, era determinar cómo los periodistas podían prosperar y rendir mejor bajo condiciones de estrés. “El periodismo tiene fama de ser una de las profesiones en las que se trabaja con más presión, pero este aspecto de su trabajo no ha recibido la misma atención que en otros sectores”, ejemplifican en el informe.
Así, los resultados arrojan que los cerebros de los periodistas operan a un nivel más bajo que los de la media de la población debido a la deshidratación que sufre esta parte del cuerpo por el alto consumo de alcohol, cafeína y alimentos ricos en azúcar.
De hecho, según este estudio el 27% de los sujetos analizados bebían alcohol cinco o más días a la semana, y el 41% de estos se llevaban al gaznate más de 18 unidades. Pero no sólo de alcohol vive el periodista. La cafeína también es uno de los sustentos principales: en concreto, el 69% aseguraron consumir más de dos tazas de café al día, provocando un impacto negativo no sólo en la deshidratación, sino también en la calidad del sueño.
Pero no todo es negativo para la profesión periodística en este informe elaborado por la doctora Swart. Los sujetos de estudio mostraron una gran capacidad de abstracción y buenas dotes a la hora de seleccionar información en base a una lista de prioridades. Estos también presentaron una mayor capacidad para hacer frente a la presión que otros profesionales. No tanto a la hora de resolver problemas complejos, regular sus emociones o eliminar los sesgos en su funcionamiento ejecutivo.
Los resultados también apuntan que los periodistas no sufren un mayor estrés que la media de las personas. Sus niveles de cortisol -la hormona que se libera como respuesta- eran en su amplia mayoría normales.