A Romina hay dos cosas que le sacan especialmente de quicio: las faltas de ortografía y el postureo. Y, por desgracia, ambas se han convertido en una plaga en la era de las redes sociales, en la que priman las apariencias por encima de las verdaderas motivaciones de los usuarios que en ellas habitan. Ante este desalentador panorama, esta periodista catalana decidió crear hace algo más de un año una especie de alter ego, ‘Rompower’, que da nombre a su singular cuenta de Instagram, en la que parodia el mundo de las blogueras con sus desmesuradas poses y, de paso, enseña ortografía y gramática.

“A raíz de trabajar en una agencia de comunicación, que me tenía todo el día con la nariz metida en las redes sociales, me di cuenta de todo lo que había. El 98% de los textos que veía tenía como mínimo alguna falta de ortografía. Te hablo de textos de blogueras, que se dedican a las redes sociales, que se hacen llamar ‘influencers’ y a las que sigue mucha gente”. Según cuenta esta periodista que trabaja en 'La Vanguardia', ésa fue la chispa que prendió la mecha y que le hizo decir: “Tengo que hacer algo para llamar la atención”.

Así, Romina, que se define como una “friki del lenguaje”, empezó a subir fotos luciendo cuerpo en lugares poco habituales. “Aparezco en todas las fotos postureando, palabra aceptada por la RAE, por cierto”, apostilla. “Estoy posando como una diva, pero en lugar de tener un mar maravilloso de fondo o un hotel espectacular, tengo contenedores de basura, yayas sentadas… La vida real”, explica.

 

 

 

El objetivo que persigue no es que sus más de 16.000 seguidores miren su cuerpo, según confiesa, sino que lean y aprendan de las recomendaciones que escribe en las publicaciones. Esto es: las diferencias entre “haber” y “a ver”, o entre “haya”, “halla” y “allá”. Que “buenos días” se escribe con tilde o que no es lo mismo decir “sé la clave” que “se la clavé”.

- ¿Se trata de algo así como un “si quieres ver mi cuerpo, vas a tener que leerme”?

- Bueno, si quieres hacer esa lectura… Yo quiero que lean más que que me miren.

 

 

Romina, pese a que asegura que nunca le ha gustado que le hagan fotos y no se ve especialmente sexi, no niega que el principal objetivo de esta cuenta es llamar la atención y provocar un cortocircuito en toda aquella persona que se encuentra con ella en las redes. “No busco el erotismo. Busco el buen humor. Reírme. Y si, a partir de ahí, llama la atención... Pero, hablando en plata, el objetivo no es poner palotes a los tíos. Si es un efecto secundario, allá cada cual con su imaginario”.

De hecho, la mayoría de sus publicaciones van acompañadas de un buen puñado de hashtags cargados de ironía: #posarenelvateressexi #ymásconbotas o #iralvatercontaconesessexi.

 

Romina confiesa que, hasta la fecha, no ha recibido más que “cuatro críticas” por lo que hace. En algunas de ellas le han acusado de hacer un flaco favor a las mujeres. “Feminismo es igualdad. Y yo poso como Andrés Velencoso. ¿A que a él no le dicen nada?”, explica la periodista mientras asegura que mucha gente la ha felicitado por su iniciativa, entre ellos, humoristas como Ernesto Sevilla o Raúl Cimas, o directores de cine como Santiago Segura o Nacho Vigalondo, que siguen su perfil. 

La mayoría de sus fotos de Instagram acaban con un mensaje en forma de hashtag que se ha convertido en su leitmotiv: demostrar que #EscribirBienEsSexi. “Estoy convencida de ello. Una persona que escribe bien es sumamente sexi. Mucho más que un chico guapísimo que acaba los imperativos en erre”.